NACER Y MORIR




He parido seis hijos. Todos ellos nacieron en casa sin que hubiera un doctor. Tres de mis niños murieron una semana después de nacer porque no recibieron asistencia médica. Sabemos que fallecieron por esa falta de asistencia, pero ¿qué podíamos hacer si no podíamos pagar ir al médico? Es terrible. Sabíamos que teníamos que ir pero no podíamos. Y no soy la única madre que ha perdido a sus hijos, hay otras muchas como yo”, relata Shefali, que vive en un pueblo en Bangladesh, a seis horas a pie del centro médico más cercano a su casa, en el informe de Save the Children sobre mortalidad infantil publicado este martes.”

Donde no se sobrevive ni un dia”
Alejandra Agudo – Madrid 25 / 02 / 2014
Diario El País versión digital.


Según datos obtenidos por Save the Children, en 2012 fallecieron un millón de bebés en el curso de las 24 horas siguientes a su nacimiento.
Son datos terroríficos que nos imponen las realidades de países como Bangladesh, Pakistán, Nigeria, Somalia, Sierra Leona, Guinea Bissau, Afganistán, República Democrática del Congo, Lesotho, Angola, etc. etc.

Avanzando en la lectura de esta nota, nos enteramos que en casi todos estos países y muchos otros que no se mencionan, existe un común denominador: y es la malnutrición, aparejada con la escasez de alimento, la pobreza nutricional que confiere múltiples debilidades a los bebés en gestación y termina causando su muerte a las pocas horas de nacido precisamente porque ese nuevo ser no tiene la fortaleza suficiente para afrontar su propio nacimiento en las míseras condiciones que se le ofrecen. Una madre sola, sin la ayuda de nadie, o a lo sumo de algun familiar con los mas  rudimentarios procedimientos .

Los embarazos transcurren en la mayoría de los casos sin la intervención de médico o partera alguna que haya efectuado los controles mínimos que son de rutina en cualquier Hospital Materno Infantil. Por consiguiente no se detectan malformaciones ni las deficiencias propias de la escasez de alimentos y la carencia de los nutrientes imprescindibles para dotar de buena salud al bebé en gestación.

A pesar de estos datos , cabe destacar que “la mortalidad infantil se ha reducido a la mitad desde 1990” .

Es obvio que en estos países de alta mortalidad infantil tanto los médicos como sus asistentes brillan por su ausencia. Tampoco las autoridades se preocupan de dar solución a estas carencias. Lo que si tenemos son fotos de las lujosas mansiones de algunos gobernantes africanos, que nos quieren demostrar la riqueza dentro de la cual se mueven. No tienen programas de salud pública que controlen como corresponde a las mujeres embarazadas. No solo eso: en la mayoría de los casos ni siquiera son registrados ni el nacimiento ni la defunción del bebé. Lo cual define claramente el valor que estos países otorgan a la vida humana. 

Foto:elmundo.es

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