LA MONJA ALFÉREZ





En ocasiones la realidad supera ampliamente a la ficción y, sin duda, el caso de Catalina de Erauso –conocida como la «Monja Alférez»- es un buen ejemplo de ello. Y es que, a principios del S XVII, esta novicia donostiarra escapó del convento en el que estaba recluida y, tras tener varios problemas con la justicia, viajó hacia el nuevo mundo para combatir como soldado. Todo ello, además, lo llevó a cabo haciéndose pasar por hombre, algo que logró sin ser descubierta hasta el final de su vida.
La increíble historia de esta monja travestida es una de las muchas que el escritor José Luis Hernández Garvi narra en «Adonde quiera que te lleve la suerte» (Edaf, 2014), un libro en el que le ha rescatado del olvido. 

Catalina de Erauso, la monja española que se disfrazó de hombre y combatió como soldado en América “ .
Manuel P. Villatoro – Madrid 19 /05 / 2014
ABC.es – versión digital.


Nos resulta altamente difícil ubicarnos en aquellos siglos donde la gente de las clases acomodadas enviaban a sus hijas a educarse a los conventos, para convertirse a su debido tiempo en buenas esposas y madres . Así es como los Erauso enviaron al Convento dominico de San Sebastián a Catalina, con tan solo 4 añitos, junto a sus hermanas Isabel y María. Al parecer una prima hermana de la madre era entonces la priora del convento. Según nos lo hace conocer la misma Catalina a través de su autobiografía (1) allí fue humillada y maltratada de contínuo por las otra novicias.

Debieron ser las vejaciones de aquellas jóvenes monjas, las que impulsaron a Catalina a huír del convento y a la vez tomar la decisión mas importante de aquél momento: pasó a vestirse como los hombres y a tal punto logró su transformación que nadie logró percatarse a partir de entonces de su identidad femenina. Nada en su apariencia la delataba. Se presentaba allí donde fuese como Francisco Loyola y bajo este nuevo aspecto se presentó ante su mismo padre, como un joven de su edad, y éste no la reconoció.
En tanto se las ingenió para trabajar con familias de la nobleza aprovechando su dominio de las letras y del latín.

Andando los caminos llegó a pie a Vitoria, donde se encontró con el doctor Francisco de Cerralta, hombre que estaba casado con una prima hermana de su madre. Permaneció en aquella casa tres meses. Tras haberla forzado a continuar estudiando e intentar abusar de ella, Catalina toma cierto dinero del doctor Cerralta y huye, aprovechando las andanzas de un arriero del lugar,en cuya compañía se las ingenia para llegar a Valladolid, lugar donde entonces residía la corte del rey Felipe III. Catalina sirve en la Corte como paje del secretario del rey Juan de Idiáquez, siempre vestida de varón.
Según hace constar en sus memorias, es en “ Sanlucar de Barrameda donde embarca el lunes santo del año de 1603 rumbo a América, tras conseguir una plaza de grumete en el galeón del que era capitán Esteban Eguiño, otro pariente cercano de su madre. “

Dice Hernández Garvi en su libro:

La antigua monja, ahora convertida en un varón aguerrido, se enfrentó a los nativos espada en mano en varias ocasiones. En sus múltiples combates, demostró desde su sangre fría hasta su valentía y heroísmo. Estuvo a la altura (o incluso por encima) de los militares varones..En una ocasión, por ejemplo, Catalina cargó a lomos de su caballo contra una inmensa maraña de indios que habían robado la bandera de su unidad, la cual, tras un fiero combate contra un jefe indígena, logró recuperar. Aunque sufrió severas heridas en un brazo y una pierna, esta acción le valió un ascenso a alférez.”

Entre las múltiples aventuras que se le adjudican, se dice que en Concepción  ( Chile ) mata al auditor general de la ciudad por lo que es encerrada en una iglesia seis meses. Tras ser liberada, otra vez en un duelo mata a su hermano Don Miguel de Erauso y nuevamente es encerrada ocho meses. Huye al actual territorio de Argentina  cruzando los Andes a través de un escalofriante camino. Llega a Tucumán donde promete matrimonio a dos jóvenes, la hija de una viuda india y la sobrina de un canónigo. Termina huyendo de allí sin casarse con ninguna de ellas. “

Perseguida por la justicia, es finalmente atrapada en Perú en 1623 y conducida ante el obispo Agustín de Carvajal, a fin de obtener de ella una confesión. Es en esas circunstancias - acaso impelida por el miedo o la necesidad ante la perspectiva de ser ajusticiada ,que Catalina se juega su última chance: Confiesa al Obispo su gran secreto, que era en realidad una mujer. Impresionado, el Obispo pide a un grupo de matronas de su confianza que le practiquen un examen ginecológico, que determinó que ciertamente era una mujer y que además era virgen.

Tal es el impacto que causa al prelado, que no solo la protegió y perdonó sus “pecadillos” sino que la envía a España. El mismo “ rey Felipe IV la recibe en audiencia, le mantuvo la graduación militar y desde entonces se la conoció como  monja alférez, a la vez que le permitía emplear su nombre masculino. El relato de sus aventuras se extendió por Europa, y Catalina visitó Roma donde fue recibida por el papa .”
Se dice que desde entonces la ex-novicia se convirtió en una celebridad de aquellos tiempos. Viajó por Europa, los nobles hacían fila para poder conocerla, la gente no se privaba de mezclarse en multitud para conocerla, y asi se fue convirtiendo en una leyenda viviente.
No obstante regresó a tierras americanas y terminó su vida en Orizaba,Nueva España, en 1650.

En 1944 el director de cine Emilio Gomez Muriel realizó el film “La Monja Alférez” protagonizada por María Félix.

Además de Hernández Garvi, los novelistas Thomas de Quincey, Gerardo Gonzalez de Vega y Ricardo Ibañez han recreado la vida de esta singular mujer que vivió batallando como un hombre en la Conquista de América.


(1) Fuente: Wikipedia. 

Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
Esas mujeres. Juana de Arco u otras. Esas grandes heroínas que nunca llegarán a ser nombradas ni recordadas en sitio alguno.

Hay que ser muy hombre para ser mujer. En un juego de confusiones que no podía formularse al revés.

Un cordial saludo.
Albada Dos ha dicho que…
No sé si llegué a publicar mi comentario. Te decía que hay grandes heroínas que no se recordarán en bibloteca alguna.

Hay que que ser muy hombre, para atreverse a ser mujer. Juego imposible dicho del revés.

Un cordial saludo. Buen post para recordar situaciones de la historia.

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