CONFESIONES AL BORDE DE LA BARRA
En
el borde de la barra , un hombre se quejaba amargamente:
-La
gente de este pueblo es muy pero que muy envidiosa! Me envidian que
ocupo la planta baja de la cochera con mi Audi gris
petróleo, con dos Alfa Romeo, rojo el uno y negro el otro, mi
Porsche, un Grand Albaycín de 4 plazas, y el Mercedes Benz.¿Todo
por qué? Porque he sido primero el Alcalde, luego Diputao,
mas tarde el presidente de una Junta de Planeamientos y
afines.
Orgullosos
debieran estar mis paisanos !! Que me transporto luciendo el
talento y detalle de nuestra industria nacional ! Sí señor!
¿No
se andan por arriba y por abajo intrigando con mi nombre?
Que
si he sido socio del Ministro tal en unas minas medio
abandonadas de tal provincia!
Modos perversos de plantar la
realidá que se tiene la gente: vea, las tales minas no es que
estaban abandonadas de la mano del hombre, sino que ya unos
cuantos paisanos se tenían argo así como una cooperativa pa
dentrar y salir a sus horas . Los de tal barrio medraban
tal día, y los del otro el siguiente . Lo que arrancaban de
las fauces de la mina, pues era suyo sin más, pero naides decía
a la autoridá lo buena que se andaba la mina.
Y
eso es lo que se hizo: la declaramos tal como corresponde y en
escasas horas - porque no es cuestión de perder el tiempo – la
saquemos a Licitación como corresponde.
Ahí
se armaron las broncas, porque ni el mismo cura de la Parroquia
quería se supiese que se trataba de una mina de oro. No. El,
con su santa modestia nos dio consejo: “Hijos míos, ponedle
rótulo de volframio”
-Pero
si el volframio está agotado, señor cura!
-Es
que el Espíritu Santo sopla ande quiere y la mina va de
volframio.
Andaba
la cosa divinamente. Hasta que se han llegado desde la misma
capital del reino , unas señoritas mu bien puestas arriba de
sus tacones, triquiti trás tríquiti trás y convencieron a
los agentes del orden que les acompañasen a recorrer la mina.
Y
no quiera saber usté el follón que me han tirao encima de mi
nombre!
Lo
bueno que, como aquí la Usticia va por lenta, de aquí a que me
pillen, ya estaré criando crisantemos y demás raíces bajo
tierra!
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