ESTADO Y RELIGIÓN


 

Ya   a  esta altura de  los  tiempos,  resulta  anacrónico  que  un  Jefe  de  Estado  o el  Rey  de un  País,  ejerza  de  Primera  Autoridad  Religiosa.  Si  gobernar  con  Espíritu  de  Bien  no es  simple  ni   fácil,  cuanto más  grave  hacer  de su  existencia  un  Servicio  Permanente  a  la  Divinidad   y brindar  el  más  Puro  Amor  a  todo el  Pueblo.  Solamente  grandes  Sabios, dueños de  la  más  acendrada  HUMILDAD  podrían  lograrlo.

La  historia  de  como   Inglaterra  se  separó  de la  Iglesia  Católica  Apostólica  Romana  en el  siglo  XVI , por la  negativa del  Papa  Clemente VII a anular el  matrimonio  de  Enrique  VIII    con Catalina de  Aragón es harto  conocida. Buscando  el  modo de  obtener  una  nueva  soltería,  vino en su  auxilio   Thomas  Cromwell,  quien  sugirió al  monarca  abolir  la  jurisdicción  papal  y separar la  Iglesia de  Inglaterra  de  Roma.

Recordamos  también  que a  consecuencia  de  esta  solución   adoptada  por  Enrique  VIII “ rodaron  muchas  cabezas sin parar,  entre ellas  la de Tomás  Moro” -   que había sido  el  gran  Consejero  de  Enrique VIII -  y  tantos  otros  católicos que se negaron a  aceptar  los  designios del  Rey.

Estamos en el  siglo XXI  y   el  rey  de  Inglaterra -  en este  caso  la  Reina - es  la  cabeza  de  la  Iglesia  Anglicana.

 Protagonizar  ese  legado,  implica   conducirse  con la  mayor  ecuanimidad,  tino   y Piedad   en  relación  con   todo  problema  que  comprometa  la  vida  Espiritual  de  los  Seres . Y  cuánto  más  con aquellos  miembros  de su  propia  familia.

Sin  duda alguna  Isabel  II  a lo largo  de su  reinado  habrá cometido  muchos errores, cuyas  víctimas  los  padecieron  día a  día,   condenadas  a arrastrar  las  negaciones  que  les  fueron  impuestas hasta el fin de sus  vidas  – como sucedió  con la  Princesa  Margarita,  hermana  de la Reina -   tan solo para que  la  Familia  Real  brille en todo su esplendor.

Lo  sucedido  con  su  nuera  Lady  Diana  Spencer  es  otro episodio  de  lo más lamentable ,donde  una  vez  más  la  Reina  en su  calidad de  Jefa  de la  Iglesia Anglicana no  obró  como  su  Jerarquía  le  imponía: antes de que  se  consumara el  matrimonio  del  Príncipe  Charles,  ella  debió  participar  a  la  joven  Diana  Spencer   la  realidad  sobre   la  vida  privada  de su   hijo  con  la  señora  Parker  Bowles , y que  Diana  decidiera  por  propia  voluntad  si  se  casaba  con el  Príncipe  o  desistía  de ello. Ya   todo el  Mundo  conoce   el  resto  de  la  Historia.

Aún  tuvo la Reina  una  gran  oportunidad  de  llevar  a  estos  conyugues  a  una  Reconciliación  , tal   como  cualquier  Juez  intenta  por  todos los medios antes de  abolir un  matrimonio

Lady  Di  les dio  una  enorme lección  a  esta  familia  reinante. Les  enseñó  que  se  debe  AMAR   a los  enfermos, a  los  leprosos, los  discapacitados,  los que  están en  soledad, los que  regresan  rotos  de las  guerras  que  el  mismo  Reino  Unido  emprendió  sobre la  faz  de la  Tierra.

La  reina  como  Jefa  de la  Iglesia  Anglicana debió  obrar con Amor y  Gratitud  hacia  Lady  Di, porque ella  hizo  grande  su  Reino  por las simpatías que  despertó  en todo el  Mundo. ¿Y cómo  le  agradecieron ?  Montando  una  maquinaria  de  difamación,  mentiras  e injurias  junto  con  ciertos  medios de la  prensa  británica  para  agredir  sin  piedad a ese  SER  único. La  misma Diana  declaró   que  sabía que  iban a  asesinarla.

.Los miembros del  Gobierno debieron  exigir a la  reina   que  diera  un  discurso  de  duelo  por  la  difunta  Diana  Spencer. Porque  el  Pueblo  estaba  furioso  con la  monarquía. 

 Y  ahora  la Reina  y  jefa  de la  Iglesia  Anglicana se sigue  equivocando  con su  nieto  Harry  y su  esposa   Meghan . Cuando  ellos  protagonizan  esa  encantadora  espontaneidad que  poseen  los  jóvenes    para  moverse  entre la  gente  que  despierta  simpatías  y  crean  esas  ondas  de  Amor,  de solidaridad,  de  comprensión  que  tanto  necesita la  Humanidad  toda .

Foto: Diana Spencer: de Maestra  a  Princesa / Revista  Caras. 

 

Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
Es que Dios y Estado nunca deberían compartir cama. Ni con Enrique VIII ni con la reina actual, quien nunca entendió, parece, que sin súbditos, ellos no existirían, asía que un poquito deberían contentarles, o escucharles al menos. Aquí con nuestro Reu emérito vamos viendo cosas de truhan, que no nos gustan tampoco.

Un abrazo, y feliz día

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