EL OBSEQUIO
Al entrar en el
salón de ventas el hombre ,con su boina
entre las manos, se quedó mirando la prolija
fila de aberturas . Una mujer
joven se acercó
y el hombre mostrando un pequeño
recorte de una propaganda, le dijo que
deseaba saber si
realizaban trabajos a medida.
Por un instante
recordó el minúsculo
candado -comprado en el
famoso barrio de SAN
TELMO - que le había obsequiado a su esposa, cuando comenzaran a dar
los primeros paseos de
flamantes novios.
La mujer le hizo
tomar asiento al final del salón y el
hombre le detalló lo que necesitaba. No
era una mampara
para su vista
al jardín, ni una
puerta ni ninguna de aquellas
ventanas. Un
gabinete donde su esposa pudiera
guardar los trastos de la
limpieza. Le mostró el croquis
y la mujer
de inmediato comenzó a hacer sus
numeritos para pasarle
el presupuesto de lo
que él
pretendía que le realizaran. Le
hizo varias preguntas.
El hombre puso
énfasis en señalar
que el volumen del
mueble era de solo
0,285 m3. Y le sugirió usar para
la parte trasera del mueble
una plancha de melamina o
similar, para abaratar el costo.
“Aquí solo trabajamos
aluminio, señor”. En pocos minutos
le pasó el presupuesto y las condiciones de pago. 70%
al contado y el resto
a la entrega. El hombre miró
los números y los
aceptó. El costo total
del mueble superaba los haberes
que recibía cada mes, como jubilado.
Dos horas más tarde
regresó al local de ventas
con el dinero de la
seña. Le hicieron los documentos concernientes
al trabajo solicitado y el hombre
se retiró. Contento.
Al fin había hallado
dónde podían realizar lo que su
esposa deseaba ¡!
El siguiente día
amaneció radiante. El
inicio de la primavera pintaba
flores por doquier. Las
aves estaban revolucionando el espacio con
sus vuelos. Las hormigas
ya enfilaban para
abastecerse de alimento. El hombre estaba
inmensamente feliz y metamorfoseado con
los planes de la madre
Naturaleza.
A la hora de la siesta
sonó el teléfono. Una voz masculina preguntó por él. “Soy el dueño
de la carpintería de aluminio
que ayer
visitó. Sucede que mi señora ha
realizado mal el presupuesto.
Ella no tuvo presente
los laterales del mueble. Tengo que decirle que su
costo duplica la suma
que usted debería abonar al
momento de la entrega, si está de
acuerdo. Caso contrario le
devolvemos su dinero “.
Se sintió sin palabras. Meses y
meses ahorrando en los
gastos diarios para lograr la suma
que ayer les había entregado!
“Me ha comprendido, señor?” interrogó el hombre ante su silencio.
Si, si. En media hora estaré ahí,
para recuperar la seña. Lo
siento tanto! Era el regalo
de cumpleaños que pensaba
darle a mi esposa ¡!
Foto: Recuerdos de familia.
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Tal vez ella entienda lo importante que era para él. Un abrazo
Un abrazo.