EL QUID DE LA CUESTIÓN
Como afirma mi mujer, los problemas de la Humanidad se
enmarcan en dos
cuestiones fundamentales: la
Ambición desmedida y una Consciencia inactiva. Igual que un insecto en estado larval.
Mi finado suegro
era hombre de
prestar atención ; de
escuchar las palabras de
los Otros.
Fue alimentando amistad
con uno de sus vecinos. Ebanista
de altos vuelos. Luego
de la cena, en un pequeño
taller que había montado en
su casa, daba rienda suelta a
sus tallados y mi suegro, algunas noches le
visitaba y entre ambos
le iban tomando
la presión arterial
a los sucesos
de este Mundo. Una
noche se sumó a la conversación
la esposa del
ebanista. La charla
iba en el orden de las ambiciones inenarrables de hombres que habían llevado guerra y
destrucción a casi toda Europa.
Tanto el ebanista
como mi suegro expresaron que tantas batallas, tantos
muertos civiles y
militares para qué? Para llevar a los
pueblos a la miseria. Y a los
soldados a la degradación de
sus valores morales que muchos seguramente poseían.
Aquél innombrable
que había iniciado las acciones
bélicas buscaba igual que
los perros que
entierran huesos, los tesoros más bellos y
valiosos de sus
vecinos, como la Sala de Ambar del Palacio
de San Petersburgo, y las colecciones
pictóricas más valiosas que
allí se exhibían.
De todos modos: los
tesoros quedaran donde sea, nadie
se los pudo
llevar a la Otra Esfera que
nos espera cuando abandonamos
nuestro viaje personal por este Mundo.
Entonces, la mujer del
ebanista entró en la charla y dijo: “Si
yo no fuera Creyente, si no temiera
al Más Allá robaría y mataría para
ser la mujer más
rica de la Tierra!”
Los dos hombres
quedaron impactados por esas
palabras.
Imposible
admitir que esa mujer
menudita, de voz suave y amorosa, tan
atenta ,que le enseñaba juegos a
sus niños y los compartía a diario
hubiera dicho lo que dijo.-
Foto: Quién era Jano en la mitología romana?/ Red Historia.
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