ESTAR AQUI


 

 ¿ QUÉ  cómo estoy  aquí ?

Porque  pasara  uno  de esos que venden  religiones  casa  por  casa. La gente de la aldea  fuimos a  escuchar. Muy prolijo. No tan joven como él se  pretendía. Las Abuelas le vieron las  raíces blancas  saliendo de su  cabeza.

Preguntón. Quiso conocer  nuestros  nombres.

Y cuando supo el que me pertenece, como que un resorte se le  disparó y  pegó un saltito. Luego se  puso rojo  cara y  cuello. Mirándome le asomaron  unas lágrimas.

Niño, niño – exclamó – tú eres  mi hermano.

Pobre  hombre. Entre  mi  Madre y mi Abuela  le dieron una  paliza.

Las tundas que se ligó. Y no quedó allí. Cuando  ya  trascendiera el  motivo   las demás  mujeres  principales  vinieron a  darle a  conocer la fuerza  de las palmas de sus  manos.

El predicador  no solo no se marchó, sino que  fue a entrevistarse con el  Jefe de la  aldea. El Jefe  sospechaba que  el hombre  le trajera la solución para  el  Pozo  Ciego y adoptó  una actitud  muy recia, cruzándose  de  brazos.

Al parecer  con  mucho tacto el  recién llegado  hizo  saber que  un antepasado suyo  había visitado  la  aldea en su  tiempo. A finales  del  1700   o comienzos  del  1800. Recogía  hierbas, plantas  diversas  y  frutos. Llevaba consigo una  libreta  y  anotaba  a la  par que  dibujaba  cuanto  recogía. Los  nativos de entonces le enseñaron  cuales flores, hojas  o raíces  curaban   a las personas. Y que  cuanto  sabían  de  las  plantas  lo habían aprendido  de los Dogones, gente  que construía  sus  viviendas  como nunca  se  conociera en aldea alguna. Y que  además  sabían  de una  historia de  estrellas  y de astros  que  repetían  de memoria a cada  visitante.

“Mi   antepasado  tenía un nombre  poco  usado: Lisandro. Y antes de  pasar al  Otro  Mundo, dijo a su  familia  que  un hijo suyo  había  quedado  por  aquí y  llevaba  su  mismo  nombre. Estoy  seguro  que  ese  niño, Lisandro, es  un descendiente  de nuestro  patriarca.”

El  jefe  se había  puesto  ceñudo.

“De  modo que  no  viene  a vender las  cañerías   para el sistema del  Pozo Ciego?” – le dijo  totalmente desanimado.

El predicador pensó que  el  Jefe  no le  había comprendido  su  historia. Ambos  se quedaron en  silencio.

 Al día siguiente y muchos más, se  volvieron a  ver. Y sucedieron  dos  hechos que  conmovieron  a  la  aldea. El   Jefe  consiguió  contactarse con  los  fabricantes  de  cañerías  para  la  causa  de  los  sanitarios   y  mi Madre y mi  Abuela  dieron su  consentimiento para  que  el  predicador  tramitase  por  medio de su  Embajada, la Beca  para  mis  estudios  para  honrar  al  viajero  Lisandro.

Foto: Guía de  peregrinación mundial. / Lugares sagrados de los Dogones. Mali.

 

Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
Una historia fascinante. Lo imaginé en una zona remota africana, y lo que es la vida, allí estaba alguien de su estirpe :-)

Un abrazo
Beatriz Basenji ha dicho que…
MUY FELIZ JUEVES ALBADA DOS!!Me alegra que hayas disfrutado este nuevo relato. En parte se lo debo a quien fuera mi esposo, que estuvo en Africa un año antes de casarnos.Tengo un gran AMOR por los pueblos africanos. Porque en algunas zonas aún pueden ser ELLOS MISMOS, transparentes, cuidadosos de su estirpe.Me comentaba mi esposo que si aparece alguien con la piel más clara no le tienen simpatía, porque sospechan es hijo de un blanco. Tuve oportunidad de conocer hace algunas temporadas unas cuantas personas que vinieron de Brasil a vender baratijas en la zona cercana a las playas. Eran lo que ellos mismos se definen: Negros Retintos. Qué señorío, que hidalguía tenían esos hombres y las mujeres, tan finas, tan educadas,elegantes con sus atavíos, que una se sentía una nada junto a ellas !!
Abrazo desde el ALMA Y EL CORAZÓN, ALBADA DOS!!
l'imposteur ha dicho que…
Puede ser, aunque menos surrealista por más luminoso, el relato más cautivador de la serie. Tiene lo preciso para hacerlo interesante, y, sobre todo, un halo de misterio o de coherente albur, que lo nutre y especia.
Nada que objetar a la agresiva reacción de las ascendientes vivas del protagonista, en primera instancia, respecto a la posterior actitud comprensiva al "dejarse becar" en nombre de un pasado ignoto, pero plausible.
Te felicito, Beatriz, por esta nueva, y, como dice Albada, fascinante narración.
Beatriz Basenji ha dicho que…
MUY BUEN SÁBADO, L'IMPOSTEUR!! Coincido en que este relato de la serie del Muchachito,está enfocado a esas situaciones inesperadas que sin nadie esperarlo cambian las vidas de algunas personas. Por aquí - en una zona a veces más fría que la misma Patagonia-es difícil que haya algún ciudadano africano. A lo sumo,algún
turista sudafricano que ha pasado para conocer la ciudad y seguir viaje a Mendoza y demás provincias andinas, donde se producen muy buenos vinos.GRACIAS L'IMPOSTEUR por tu comentario. En este blog tus comentarios de tiempos pasados,dieron mayor contenido y fueron un siempre digno colofón a mis propuestas o indagaciones.
Beatriz

Entradas populares

Vistas de página en total