MATRIMONIO Y UNIONES CIVILES
Una
persona amiga nos envió unas declaraciones que firma como autor el
Padre José Carlos Areán , capellán del Club de Fútbol Celta,
de Vigo. (España) de cuyo texto hemos extraído lo mas
importante. Quiero señalar que, el texto completo de esa nota del
Padre Areán fue publicada en “Los Blogs de Religión en
Libertad “ .
“ Dos
leonas no hacen pareja. Dos gatos, tampoco. No pueden aparearse. Para
ello tendrían que ser de distinto sexo y de la misma especie. Son
cosas de la zoología. No es producto de la cultura hitita, fenicia,
maya, cristiana o musulmana.
Por supuesto no es un invento de la Iglesia. Muchos siglos antes de que Jesús naciera en Belén, el Derecho Romano reconocía el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Después ellos se divertían con efebos, que para eso estaban, para el disfrute. La esposa era para tener hijos.
La palabra matrimonio procede de dos palabras romanas: "matris" y "munio". La primera significa "madre", la segunda "defensa". El matrimonio es la defensa, el amparo, la protección de la mujer que es madre, el mayor y más sublime oficio humano.”
Aunque
la opinión del sacerdote José Carlos
Areán, está correctamente fundamentada en cuanto al origen de
la palabra MATRIMONIO, no encontramos sus razones
de orden zoológico ni humano válidas.
En
principio, la Naturaleza presenta infinitos aspectos
reproductivos como también sus sucedáneos.
Lo
cierto es que desde lo mas profundo de los tiempos la
Humanidad ha tenido seres que se sienten atraídos por
personas de su mismo sexo. En el
pasado siglo XX ha habido un destape,
un mostrar lo que antes se ocultaba por razones de orden
social, ya que estas personas eran discriminadas, perseguidas,
acosadas por su entorno a nivel psicológico,profesional,
familiar, etc. etc.
Si
decimos que todos los seres hemos emanado de
la Divinidad, debemos naturalmente aceptarnos tal
como somos, porque así, tal como somos, la
Inteligencia Universal o como le nombremos,
nos ama. Por lo cual esos seres tienen tanto
derecho a ser felices a su manera, como
los demás mortales.
El
que los países vayan aceptando y
creando leyes para la unión civil de
estas personas, se debe sobre todo para brindarles
un marco tanto legal como humano, que
garantice sus libertades individuales.
No
son pocas las parejas que conviven desde hace
muchos años, y les preocupa que al fallecer cualquiera
de los dos, los bienes que poseen en común no
puedan ser disfrutados por el supérstite , ya que
las leyes no les amparaban y muchos de ellos se
vieron despojados de sus legítimos bienes por
familiares del fallecido.
Los
parlamentarios votan estas leyes precisamente
para ordenar estas uniones y obrar
con justicia en estos casos.
Desde
nuestro punto de vista, tanto la Iglesia Católica como toda otra
iglesia que se proclame Cristiana deben extender su Amor y su
misericordia sobre aquellos que a nuestros ojos humanos creemos
diferentes, teniendo presente que cada uno de nosotros está
unido por invisibles lazos espirituales al Creador de la
existencia.
Somos
por sobre todas las circunstancias humanas, ESPÍRITUS en
vías de evolución, de búsqueda de Conocimiento y por lo tanto,
de sabiduría .
Comentarios
Espíritus con cuerpo, Beatriz. Con cuerpo sexuado, es decir, con una fisionomía y fisiología de macho o de hembra; de varón o de mujer. Peeeeero... lo que ocurre es que en el ser humano (tan escasa y malamente conocido) el factor psicológico es tan determinante como el físico o el fisiológico. Una cosa es la reproducción (función básica, necesaria para la pervivencia y el éxito de la especie) y otra distinta es la satisfacción. Se puede procrear sin mediar satisfacción (sobre todo por parte de la mujer; es más, según algunas religiones, el disfrute es pecaminoso), y se puede amar, la más sublime de las satisfacciones, sin necesidad de procrear. Decir -y deducir- por arte de birli-birloque, que la satisfacción del amor debe de estar unida a la procreación es un desatino tan mayúsculo como negar la existencia del cariño.
Pues bien para estos señores que enarbolan el matrimonio como exclusivo de la unión que ellos determinan, para esos mismos señores, el amor (al amor de pareja, me refiero, claro) tiene por único objeto la procreación; para ello debe de darse, sí o sí, por obligación y necesidad, entre seres de distinto sexo.
Definen, por otra parte, y para sustentar sus tesis, como lo natural y santificado por Dios, la unión entre hombre y mujer para cumplir el mayor de los designios divinos: la perpetuación de la especie, es decir, la procreación. Todo lo que no sea eso, el utilizar las potencias y los órganos implicados en la líbido sexual con otro fin que no sea el reproductivo, dicen, va contra la ley de Dios (solemne majadería, esta sí, contra natura).
Llegamos al matrimonio. Denominan matrimonio a esta unión de derecho, es decir, sancionada por la Iglesia mediante el Sacramento del mismo nombre. Y toda otra unión que no cumpla los requisitos antes enunciados, queda fuera del copy right de esta denominación.
Pero da la casualidad de que en el ámbito civil, no religioso, también se denomina matrimonio a la unión de derecho, oficial, entre una pareja tradicional, compuesta por un hombre y una mujer, y de cuya unión resultan una serie de deberes y obligaciones, derechos y beneficios sociales.
Y si en el tejido social surgen parejas de hecho que no se atienen a la conformación tradicional, pero que constitucionalmente están legitimados para gozar de semejantes derechos y beneficios, a la vez que estar sujetos a las pertinentes obligaciones (fiscales, sobre todo), pues no veo qué de malo hay en emplear, incluso, la misma denominación. Porque se trataría de eso, de una denominación, y nada más. Las uniones de hecho, sea cual sea su conformación debiera atenerse al mismo régimen que el concerniente al "matrimonio".
Lo contrario sería empeñarse en negar la evolución, y pretender permanecer en la ignorancia y el dominio (moral) de unos pocos sobre todos los demás. Creo qeu la humanidad debiera caminar por una senda cada vez más ancha de libertad y no más estrecha de esclavitud (moral)
Eso pienso yo.
Un abrazo a todos.