LA BEBÉ A BORDO DE UN JUGUETE
Como bien lo ha dicho Selva Otero-Pizarro esta es:
" La historia más bella jamás contada. Y que no se repita porque sus estremecedores ojitos nos traspasan el alma."
Lo cierto es que esta bebé de apenas once meses, llegó a Tarifa (Cadiz) traída por una lanchita de juguete, donde sus padres la habían colocado a bordo en su orilla africana, y en la que ellos mismos pretendían cruzar el Mediterráneo, pero ninguno de los dos pudo instalarse a bordo de este juguete y mientras ellos caían al mar, la niña quedó a merced de las corrientes marinas que la trajeron hasta el sitio donde la lancha neumática L.S.Hermes mediante la cual realizan su tarea los rescatadores, la hallaron junto a otro grupo de africanos, hombres, mujeres y criaturas. Princesa - como se la llamó - estaba absolutamente sola.
" Los compañeros de travesía contaron que la familia de la bebé intentó subir sin éxito a la zodiac de juguete cuando se produjo un confuso altercado con gendarmes marroquíes. En un francés atropellado relataron que hubo un intercambio de pedradas que empujó a los padres a dejar a la niña en la embarcación, mientras ellos se quedaban en tierra."
Personal de la Cruz Roja se hizo cargo de la bebé en las primeras horas de su arribo, mas luego fue dada a una familia de acogida .
Realmente una historia conmovedora, que nos pone de relieve la desesperación de los pueblos africanos que en su intento de huír de la miseria son capaces de confiar hasta en una lancha de juguete!
Y La Divina Misericordia - como no podía ser de otro modo - hizo el milagro !
"Princesa, la bebé que llegó sola a Tarifa"
José Precedo - 12 /08/ 2014
El País , versión digital.
Comentarios
Beatriz.
Qué bueno verte de nuevo por aquí, tras este paréntesis.
Y sí, retornas con una historia conmovedora... por lo que respecta a la niña abandonada a su suerte (y a la de todos los que con ella viajaban en ese flotador de playa).
La cruz de esta historia está en el por qué unos padres son capaces de dejara a su hija, sola, en semejante albur de embarcación. Se puede pensar que están tan desesperados que son capaces de embarcara a la hija aunque nada más sea, en pos de un futuro mejor. Pero... no creo que fuera así de simple. Nadie en su sano juicio y amor de madre/padre dejaría a su niño de menos de un año a su suerte en tan delicada situación. No, ahí debió de haber algo más. Quizás otra historia aún más desgarradora o heroica o triste.
Los padres no pudieron subir a la embarcación: ¿quizás porque no cabían?, ¿quizás porque los gendarmes marroquíes se lo impidieron? Pero, en este caso, ¿cómo se puede dejar ala niña sola? No, no me cuadra esta explicación. Ninguna madre deja a su bebé abandonado en un flotador.
Probablemente, la explicación sea más sórdida.
En fin, lo que cuenta es que salió bien para la niña. ¿Cosa de la divina providencia? ¿Quizás intervención de la titánide Tetis, o del mismo Neptuno, compadecidos de tan tierna criatura?
Conmovedor, sí; una de esas historias con final relativamente feliz, y, sobre todo, fuente alimenticia para los noticieros. Otro registro más del polifónico requiem que suena de continuo en las fronteras de medio mundo, compuesto por la desigualdad y la injusticia.
Como casi siempre suele suceder, la explicación más sencilla es la real. Lo que no quita nada de prodigioso al asunto y sí añade más tristeza: unos padres que ven cómo su hija se adentra en el mar en un embarcación de juguete, junto a otros desesperados emigrantes que buscan un futuro mejor (entre ellos, en la misma lancha de juguete, otros niños y mujeres embarazadas).
Lo dicho esto no quita magia, pero, en cambio, añade sordidez al asunto.
La niña debe de volver con los padres, eso está claro, pero ¿cómo?, ¿reagrupándose con ellos en Marruecos, es decir, desandando lo andado en andas del prodigio; o en España, acercando a sus padres, y proveyéndoles de los pertinentes papeles?
¿Serán capaces de contradecir las autoridades a la Providencia, a los dioses marinos, al destino?
Esperemos al siguiente capítulo.