TRABAJAR
Creo que todas las personas saben lo que es trabajar.Mas alla de lo que constituye nuestra profesión u oficio, casi todos los seres estamos dotados para realizar con mayor simpatía o eficacia, cierta labor , o ciertas gestiones que terminarán redundando en beneficio nuestro o de otras personas para las cuales los realizamos.
Hay todavía un punto infinitamente mas alto en nuestro trabajo: es el Amor que depositamos en la tarea.
Cual sea la tarea, carece de importancia. Está el caso de San Martín de Porres , el famoso “santo de la escoba” . San Martin sencillamente barría los suelos. Pero lo hacía con Amor, vale decir con una vibrante intención de Bien.
He tenido el privilegio de conocer varios “ Martin de Porres” , que en apariencia se dedicaban a barrer. Barrian veredas, jardines, amplios salones, etc. etc. Recogían el resultado de su labor con exquisito esmero . Si uno les dirigía la palabra seguramente nos dedicaban una sonrisa.Ah! Pero qué sonrisa !!
Como la del Arcangel San Gabriel en el Pórtico de la Gloria .
En una oportunidad una señora amiga que llevaba cuatro largos años de matrimonio y no había logrado quedar embarazada, se acercó a uno de estos barredores de suelos. Le contó su desdicha. El de la escoba realmente la oyó y le dijo:
_Vete tranquila a tu casa. Despreocúpate. De aquí a que pasen cuatro meses, en cualquier momento quedarás embarazada.
Así fué . Santas palabras que se cumplieron.
Es por eso que deseo comunicar a mis queridos lectores, la dimensión del Trabajo , con mayúsculas . Trabajo para el que todas las personas estamos preparados para ejercer siempre y cuando tengamos vocación de servicio y voluntad de Bien.
No hay otro misterio.
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