ENSEÑANDO A MICHELINA





Nada había para Michelina algo más complaciente que su madre o su padre la enviaran a acompañar a la Nonna. Michelina era una ragazza bien alimentada, de casi 1.80 de altura, y con sus pasados 80 kg tal como marcaba la balanza del boticario.

Su rostro risueño estaba enmarcado por unos rizos juguetones y el sol de verano en la montaña le otorgaba los tintes propios de los duraznos, por lo que su padre muchas veces la llamaba cariñosamente “bocconcino”.


Esta vez la Nonna se fue a visitar uno de los bancos de la ciudad más cercana. Mas, cuando le tocó el turno de ser atendida, la Nonna dijo que ella quería hablar con el Gerente. Aunque el joven le insistió en que él estaba capacitado para cuanto le fuera menester, la Nonna le puso el punto final con esta frase: Si tu Gerente no me puede atender ahora, iré al banco de la otra esquina.Lo mío es algo muy importante.

El joven reparó en los bellos pendientes de oro de Michelina y encaminó sus pasos a la Gerencia.


Cuando el Gerente la recibió, lo hizo como si hubiera entrado el mismo Dr. Mattarella al despacho.La hizo tomar asiento en un cómodo sillón, junto a Michelina, y le preguntó cuál era el motivo de su visita tardíamente anunciada.


-Verá señor Gerente, quiero hacer un depósito muy importante en su Banco. No se trata de billetes, porque a nuestra familia los billetes no les ofrecen confianza. Preferimos piezas de oro.

- Carísima Signora: aquí no compramos ni vendemos oro. No podremos serle útil en esta ocasión.


- Pienso que si, señor Gerente. Sucede que el amigo de mi hermano necesita una importante suma de dinero. Y yo le dije que venga aquí y arregle con Uds. Un préstamo .Yo conozco muy bien como es el asunto del dinero que prestan los bancos. Se necesitan avales. Se bien que él no los tiene. Pero yo lo quiero avalar con mis libras y mexicanos. De modo que yo se los dejo en guarda a su Banco, y Ud procede a darle la suma de dinero que yo misma le escribiré aquí . Ud. Le hace todos los protocolos , le establece los intereses correspondientes al doble que aquí acostumbra. La mitad para Ud. Por poner los billetes, la mitad para mí por avalarlo.

“Señora mía: preste directamente el dinero y le cobra los intereses pretendidos, sin venir a complicarme con sus libras !” - dijo el Gerente mostrando la perfección de su dentadura.


-Si yo no lo avalo, Ud no puede hacer la operación. Pierde sus intereses bancarios, los cuales no son moco de pavo !

Los dos guardaron silencio largos, enormes segundos , según Michelina. Al fin el Gerente, luego de un largo respiro aceptó la operatoria y llamando a la secretaria, iniciaron el expediente de la Nonna. Establecieron la fecha de entrega del dinero al amigo del hermano y al siguiente día, recibiría la Nonna los intereses por el aval presentado. Ya se habían puesto todos de pie en el despacho del Gerente, cuando el hombre acuciado por la intriga le pregunta a la Nonna:

-¿Podría saber a que se dedica, estimada señora para poseer tan importante aval?

-A la jardinería ! Cultivo flores! Exclamó la Nonna feliz y contenta.

“Cultiva flores ! ¿Qué clase de flores?”

-Amapolas , señor Gerente !! De la mejor calidad! Y cuando están a punto, viene el amigo de mi hermano y me las compra todas !! Pero este año la cosecha se ha multiplicado y sabe como son los negocios: lo logras o lo pierdes.

Cuando por fin volvieron a la concurrida calle la Nonna, apretando la mano de Michelina dijo:


-Ahora vamos a comprar los pasajes para Holanda, porque no quiero irme de este Mundo sin conocer los jardines de tulipanes ! Al fin puedo viajar tranquila, sabiendo que mis monedas quedan bien guardados en la caja del Banco y con los billetes que el Gerente me ha dado, nos saldrá poco menos que gratis. Aprende, Michelina!




Ilustración: Ridiculous Caricature of the World.

123rf.com


Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
Ingeniosa esa mujer. Dudé si las amapolas eran de las comunes holandesas o de otro tipo, opiáceas se llaman.

Muy listo el gerente bancario, que por supuesto, dudo que exista en realidad. Un abrazo
Beatriz Basenji ha dicho que…
Portando seguramente una buena cantidad de monedas de oro,la Nonna era capaz de convencer a las mismas piedras! Cordiales saludos, Albada Dos!!

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