MUJER VERSUS MISTERIO
Refería la esposa de un querido amigo que si había algo que
no podía soportar era el Misterio.
Allí donde se le presentara algún tema de cariz misteriosa, si
o sí ella comenzaba la búsqueda de la tal incognita. Así se
fué involucrando con los libros menos conocidos de la
actual Humanidad, como podría ser el “Diario de una
Desintoxicación de Opio”, del propio Jean Cocteau, pasando por
el Libro de Toth, o libros atribuidos a maestros alquimistas,
que, como ella no halló Maestro alguno que le develara de qué
iba la cosa, pues entraba y salía de dichas lecturas igual
que había ingresado.
A todo ésto, mientras peregrinaba por algunas, Bibliotecas en
busca de autores, fue teniendo sueños de esos de los cuales
no querrías salir jamás. Algunos protagonistas de los tales
sueños – que no solían hablar con el soñante – le
mostraban Libros. No eran cualquier Libro.
Luego ella proyectaba las imágenes de aquellos sueños para
extraer el mayor conocimiento posible. Por aquél tiempo llegó
a sus manos unos fragmentos del ALAM- AL – MITHAL o Mundus
Imaginalis, en alguna de cuyas páginas Suhrawardi
expresa:”Cuando te enteras por los tratados de los sabios
antigüos que existe un mundo provisto de dimensiones y de
extensión distinto de este mundo sensible y distinto que el
pleroma de las Inteligencias,un mundo en el que hay innumerables
ciudades... no te apresures a decir que es mentira,pues sucede
que los peregrinos del Espíritu lo contemplan y encuentran en él
todo lo que es objeto de su deseo”
Tuvo diferentes etapas. Incluso una en la cual uno de los
hombres sabios de la ciudad donde entonces vivía, comenzó a
prestarle libros que hacía más de un siglo estaban
agotados. Y no solo eso: estaban escritos en un español propio
de algún políglota. El autor de una de aquellas obras,
posiblemente había recorrido los principales países de los
últimos 150 años, y descubierto muy importantes coincidencias,
que, como la esposa de nuestro amigo no podía corroborar,
pues eran cual monedas de oro puro que nunca sabes dónde
guardar.Estaba segura de haber encontrado la lengua original
de la Humanidad, pero no podía demostrarlo. Entonces la
Alquimia y otras artes fueron quedando por ahí. Manteniendo
la espera.
Hasta que ella leyó un artículo firmado por el Astrónomo
Martin Rees, Premio de la Fundación John Templeton. A partir de
ahí, cada una de sus incógnitas tomó su sitio, y logró
armar su rompecabezas.
Sin embargo, siempre tiene presente unas palabras premonitorias
que ella misma dijo:”Me casaré con el hombre que me devele
la trasmutación del plomo en oro” . Pues ese hombre fue mi
amigo, el cual observando algunas redomas que ilustraban
aquellos libros, primero se rió a sus anchas, y luego, le reveló
el secreto.
Ilustración: Escuela de Atenas, de Rafael di Sanzio / QuHist.com
Comentarios
Preciosa, imponente entrada. Un abrazo grande