REGALAR UNA PESCADILLA
Debe
ser cierto ese refrán que dice “Se han juntado el hambre
con las ganas de comer ! “
Porque
las desdichas que la gente padece, en el fondo, siempre proceden
de la misma causa . La gente que tiene hambre y va por donde
puede procurando que le caiga en suerte algo, lo que sea, con
tal de matar el hambre.
Nunca
se le hubiera pasado por la cabeza a N.N. - dependienta de la
firma MERCADONA - con 19 años de antiguedad en la
empresa, al punto que ella era la gerente de la Sección
Pescadería , que iba a ser despedida a causa de donar una
pescadilla que iba a tirar al bote de desperdicios, a una
clienta.
Hay
que ser LO MISERABLE, para fundar una causa de despido en el
hecho de “regalar” a una clienta “ una pescadilla que estaba
destinada a “las roturas”, donde se envían los productos que ya
no se pueden vender. “
Dos
años después, la Sala de lo Social "ha declarado firme la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña que acordó la improcedencia del despido disciplinario que
ejecutó la empresa en octubre de 2013 “. Si
bien la empleada admitió los hechos , el Tribunal
“consideró improcedente el despido al entender que no había
habido hurto, malversación ni apropiación indebida
y mediante esta sentencia, MERCADONA está obligada a readmitir
a la empleada en su cargo o indemnizarla “ .
Para
MERCADONA “ la dependienta había incumplido el artículo 34 de
su convenio colectivo, que contempla “el robo, hurto o malversación
cometidos tanto a la empresa como a los compañeros de trabajo, sea
cual fuere el importe (…)”
Según
la sentencia emitida por el alto Tribunal, la empleda – N.N. -
no incurrió en falta grave alguna.
MERCADONA
es una cadena de Supermercados que opera en 47 provincias
españolas a través de 1467 tiendas de barrio. Su director
ejecutivo
es Juan Roig Alfonso y la empresa fue fundada en 1977 en
Tabernes Blanques, Valencia.
Fuentes:
“Improcedente el despido de una empleada que regaló una
pescadilla”
Reyes
Rincón – Madrid 20/ 10 / 2015
El
País , verión digital.
WIKIPEDIA.
Comentarios
¡Pues vaya! Con lo bien que Mercadona había comenzado a hacer las cosas, allá por el pleistoceno, cuando salió de su Comunidad Valenciana original para extenderse por España.
Su política de SPB (siempre precios bajos) acabó dando resultados, lo que unido a una buena política de personal (la gente se pegaba para poder entrar a trabajar en la empresa, por lo bien tratados y pagados que estaban), contribuyó al éxito.
Pero, ¡ay! de aquellos buenos polvos se fue haciendo un espeso lodo que nada tenía que ver con tan magníficos y esperanzadores comienzos.
Con la crisis (a partir de 2008, pero, sobre todo, ya en 2010 y siguientes), junto a una fulgurante proyección, debido al éxito empresarial, personal del Sr Roig como empresario de moda, vinieron las declaraciones, indefectiblemente apoyando la Reforma Laboral y la subsiguiente política de recortes del PP.
El Sr Roig comenzó a emitir señales sospechosas de poseer más un corazón de papel moneda que de carne y sangre.
Declaraciones duras, política empresarial endureciéndose cada vez más. Los empleados comenzarona perder la sonrisa que en los primeros años, antes del boom (y de la crisis), eran el santo y seña de la empresa.
(¿Se han fijado que ya casi ningún empleado sonríe, y que andan bastante más extresados?).
Ahora la gota que colma el vaso: el caso de la pescadilla, que no se muerde la cola porque la tenía rota, sino que le esperaba el cubo de los desperdicios. El comportamiento altruista de la gerente del departamento, pero que a ojos del férreo código empresarial no era tal, sino actuación inapropiada o indebida. Despido fulminante. Injusticia flagrante.
Que se ande con cuidado el señor Roig, que en estos detalles es donde suelen producirse las inflexiones. Yo, por de pronto, además de dejar mi queja formal en la dirección del súper a donde acudo cotidianamente, probablemente derive las visitas a otros centros más humanos.
Un abrazo a todos, y gracias, Beatriz, por hacerte eco de este sangrante caso.
Un abrazo