EL GUSANO
Había diseñado formas y trazado las más extrañas
combinaciones. Sin él mismo saberlo adoptó unas formas
sensibles que surgieron casi por si mismas. El no las
produjo. Ellas se valieron de su mente y su mano para
existir y con el Tiempo, la gente las llamó números y mas
tarde las combinaron de tan diversos modos que resultaron
signos del lenguaje.
El caos surgió con las imágenes. Primero las personas se
rindieron a las variaciones del negro y el blanco y los
grises dominaron los gestos de las multitudes. Las mujeres
imitaban a las mujeres que se veían en las pantallas de
los cines y luego cuando algunos locos lograron emancipar
los colores que habían sido en otros siglos propiedad de
los grandes pintores, la locura comenzó a circular ansiosa
de penetrar las mentes de las multitudes.
Ya no era suficiente cocer unas verduras. Había que
sumergirlas en diversos líquidos, luego abrillantarlas, dejar
caer sobre los bordes unos tonos dorados o salpicar motas blanquecinas o lo que al chef se le pudiera ocurrir. Lo
realmente digno de ser admirado eran las Neo-Galaxias,
surgidas por el ingenio de algunos estudiantes del arte de la
Cinematografía, que habían logrado proyectarlas en tantas
zonas, que los científicos que fueron apareciendo en las
más avanzadas civilizaciones se ufanaban de sus
descubrimientos.
Y él , por supuesto, reía con todo su Ser, el cual era
amplio y diverso, y lo más increíble: era hermoso. O había
sido hermoso , pero de tanto reír, el cuerpo se le había
dispersado en colgajos de risa que semejaban espumas o
burbujas de colores que en algunos momentos se cortaban y
lo invadían todo a su alrededor. Y él feliz hasta lo
supremo.
Los científicos discutían sobre los agujeros de gusano. Pero
él estaba seguro que no había dejado ni por mero azar
agujeros de gusano. Ni siquiera había visto un gusano en
la inmensidad de su vida.
Sucedió que una de aquellas jornadas en que no hallaba
gracia alguna en el Universo, entraba a dar de patadas a
esas esferas tan elementales, de las que no se podía sacar
siquiera un vaso de agua, porque hervían en sus propios
minerales a unas temperaturas de órdago. Era tan gracioso!
Las bolas encendidas en sus propios fuegos chocaban con
otras esferas de tallas inmensas como los malos sueños y
en el choque generaban la huida de masas de elementos
desconocidos que se habían agazapado en el interior de
aquellos monstruos siderales o tragadas por ellos.
Lo realmente extraño, era que la gente pensaba en EL. Lo
pensaban como alguien unas tallas mas grande, pero de
aspecto humano. Y aquella interminable caravana de pensamientos
impactaba su ser incalificable, y en esas jornadas, hasta
era posible que multitud de océanos se tragaran continentes
o la misma gravedad dejara de actuar y permitiera la
huida de mundos inexactos a zonas donde todo era posible
y aún mas.
Lo cierto que ni lo perfecto ni lo contrario lograban de
EL siquiera un suspiro. Lo único que contentaba su Ser era
la Alegría . La contenteza. Esa certidumbre de abarcarlo todo
y dejarlo fluir a la espera de aquél gusano que alguien se
atrevió a mencionar una vez en su presencia, que se lo
tragaría todo. Ese gusano que jamás existió en su mente
creadora.
Pero allí sigue. Mientras los humanos buscan desesperadamente
el vacío que dicen ha creado el gusano.
Ilustración: phys.org
Comentarios
Un abrazo
https://youtu.be/aYhU-9PSJCo
...que, de otra forma a como lo hace la evocadora narración de nuestra amiga Beatriz, contribuye a la fertilidad de la vida.
Quizás, música y creatividad literaria, no sean más que el sonriente producto de esa alegría que aquél que contiene en sí toda existencia experimenta con la Obra.
Bonita manera de interpretar el Big-Bang, la curvatura de los universos y los agujeros de gusano —que posiblemente se parezcan más a los vacuos ojos de una masa fermentada que a los oscuros canales abiertos por un invisible helminto parasitando el universo.
Gracias, como siempre, Beatriz por evocar y estimular.
Un abrazo a todos.