LA CONFESIÓN DE DON GIANFRANCO





La comunidad de fieles ischitanos todavía no se lo creen. Ellos son quienes describen a Gianfranco Del Neso, ordenado sacerdote el 27 de junio del 2014, como “un párroco de gran humanidad, de mucho coraje en la primera línea de las batallas sociales, capaz de hacerse cargo de la problemática del prójimo con muy fuerte empatía!”


Don Gianfranco, es una persona cabal y honesta, de modo que fue al encuentro del obispo Pietro Lagnese para confesar lisa y llanamente  tener una relación sentimental con una mujer. Y desde ese mismo momento el obispo lo ha suspendido en sus funciones a partir de hoy, del ejercicio sacerdotal, como anuncia el mismo Lagnese en una nota difundida al clero y la comunidad parroquial. El obispo se confiesa “fuertemente dolorido por lo sucedido” reconociendo “ la honestidad de don Gianfranco por haber compartido con él el esfuerzo de permanecer fieles al compromiso del celibato "


La nota emanada de la Diócesis de Ischia detalla también que “ el sacerdote entiende asumir toda la responsabilidad conexa a su nueva situación de vida que espera la llegada de un hijo.” Y continúa:


“Acogiendo con sufrimiento tal noticia, el Clero y la Comunidad parroquial han expresado su cercanía al Obispo y le han expresado iguales sentimientos al presbítero y a sus familiares que viven una difícil prueba ciertamente no fácil.Doloridos, pero apreciamos su sinceridad “ .




Fuente:”Ischia,parroco confessa:”Ho una relazione”. Il vescovo lo sospende”

Pascuale Raicaldo.

Www.larepubblica.it / 14 / 10 / 2018 / versión digital.

Foto: Teleischia

Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
El celibato está causando muchos males en la iglesia. Este cura, sincero y valiente, expresa lo que puede pasar, pues bajo las sotanas laten corazones humanos.

Ha sido refugio de perversiones que luego callan, ocultan y no castigan, dejando un reguero de niños toqueteados y con secuelas para amar, así que si solo le ocurre a este cura eso tan bonito que ees amar, pues felicidades para él. Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Hola, Beatriz. Hola a todos:

Seguimos topando con la Iglesia y su casuística... o su causalidad, según el barrio.

Ahora hablamos —nos trae a colación nuestra amiga Beatriz— de un caso que tiene que ver con la ley del celibato; aunque consecuentemente también participa de la honestidad y sinceridad de un clérigo que confiesa su deseo de amar a una mujer, además de a todo el género humano, y reconoce que en ese arduo y fantástico camino del amor ya está pronto a cosechar el primer fruto.

Así como, del mismo modo y subsecuentemente, hablamos de la rígida mano moral de la jerarquía eclesiástica que, atendiendo a esa ley del celibato, suspende de funciones al díscolo y "licencioso" párroco.

Son, pues, varios los subtemas que se desprenden del tema principal. Vayamos por partes:

La Ley del Celibato, como tal ley, no se incluye en el Corpus Legal de la Iglesia hasta tan tarde como el siglo XII, en el primer concilio latino, el de Letrán, en 1122. Hasta entonces el Celibato era recomendado, seguido y difusamente reglado en las diversas comunidades religiosas de Oriente y Occidente.

En las comunidades cristianas primitivas, anteriores a los concilios ecuménicos y en tiempos de la patrística (siglos I-III), el celibato no era tema de discusión, por más que fuera recomendable en algunas ocasiones/funciones, pero incluso no se veía con buenos ojos, dejando la continencia para el tiempo de ejercicios espirituales o las funciones en el templo.

No es hasta el siglo IV, en el concilio de Nicea, donde se impone la necesidad de legislar sobre el celibato, aunque no se pudo promulgar su obligatoriedad de forma general, como decreto, quedando reservado sólo como precepto obligatorio sólo para aquellos que tomaran órdenes mayores (sacerdotes, presbíteros o diáconos; de hay para arriba).

Desde entonces, el celibato es ley, aunque una ley laxa que la jerarquía eclesiástica (pero no sólo) se ha saltado cuando así le ha convenido. Y es que el celibato va contra natura si es obligado. Quien no sienta en sí la llamada de la abstinencia o el rigor de la castidad.
Bien que, por otra parte, esa abstinencia y castidad no aseguran una más cristiana actitud. La historia es fecunda en ejemplos (tanto en un sentido como en otro: santos con esposas y demonios "dichos" castos).

Estamos en el siglo XXI. A la religión (a las religiones) se les va estrechando el horizonte. Los fieles, hoy en día, lo son más por costumbre y folclore que por convicción (cuesta mucho tener convicción sobre una entelequia cuando la ciencia alumbra los rincones más oscuros de la superstición).

Un ser humano puede estar casado y entregar su vida a los demás. No necesita ser un superhéroe (por más que estén de moda), le basta con ser altruista, generoso, sincero, honesto, humanitario, consecuente y coherente. Quizás Gianfranco no pueda cumplir con el texto de la Ley, pero eso no le quita de poder cumplir con el espíritu de la doctrina y con el principal deber del apostolado: ayudar a los demás.

Un abrazo a todos.
Beatriz Basenji ha dicho que…
Gracias ALBADA DOS, Gracias RODRIGO ! En 1989 tuvimos ocasión de conocer a un ex Monseñor, persona muy respetada,que hubo de renunciar al sacerdocio para contraer nupcias con la mujer que amaba.El nos hizo conocer el drama de más de 50 mil sacerdotes que ya en aquella década estaban en su misma situación.Ellos sentían el ferviente deseo de servir a Cristo, pero la Iglesia los rechazaba por su decisión de contraer nupcias. Hemos conocido a unas cuantas personas en esta situación, y en verdad eran TODOS hombres que realmente estaban dedicados a su labor pastoral. Y más de uno construyó con sus propias manos y la ayuda de los feligreses, su pequeña Iglesia.Modesta en su apariencia pero rebosante de AMOR. Un afectuoso y fraternal abrazo para Albada Dos y Rodrigo!!
Beatriz.

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