CÓMO CREAR UNA EMPRESA
Anda mi Mujer mismito con una lupa - y de las mejores – buscando hormigueros por su medio jardín.
Ella ama profundamente a la Naturaleza, menos a las hormigas, avispas, bichos bolitas, caracoles, y roedores. Tonces en estos días me largo a caminar y a beberme los vientos. Y me lo he encontrado a uno de mis primeros amiguetes de la vecindá. Saliendo de un Audi reluciente, nada menos ! Y entonces comencemos con los saludos de rutina: “Chaval, cuánto tiempo sin verte!”
Muy orondo, jugueteando con su llavero de alta gama, me ha ido enterando que está muy dedicado a su empresa.
-Caray! Empresario .Te felicito!
Y ya se ha largado como Job al ejercicio de los lamentos como es costumbre del empresariado. Terminado lo cual – como no podía ser de otro modo - ha recapitulado y soltado sus hazañas:
-Mira, fundar una empresa hasta un chiquillo de 10 años lo puede lograr! Si eres simpático, tienes ese don que algunos tenemos de alabar la corbata de un fulano que se luce trajes de casimir inglés, puedes tener ocasión de enganchar lo que te puede llevar a las cumbres !
- A las cumbres del Himalaya, de los Urales o los Andes … - le digo ya calado por la curiosidá pero contenido. Y el dueño del Audi sigue:
-.Pues sí. Mírame a mi, que tu bien lo sabes: pésimo alumno, copión de los que se sabían las respuestas de los exámenes porque ellos si estudiaban; vago “desde los rizos a las uñas de los pies”, como decía mi madre, pero llevando y trayendo expedientes en ciertas áreas del Municipio, y sirviendo cafés de verdadero café, me fui haciendo simpático a cierto Ingeniero de las obras civiles. Este gordito simplón, pero atento y capaz de guardar esas composturas faciales propias de los egresados del Eton College , recibió una bonita propuesta: “Te atreverías a ser Empresario?”
He ladeado y movido la cabeza como quien calcula el grado de una curva, y respondí. ¿Por qué no ?
Y en un mes bien cuadriculado, me inscribí en todos los sitios donde debía hacerlo y terminé creando una empresa Constructora. Que yo de aquella no conocía ni las fórmulas de las mezclas que se usan para levantar las paredes y menos aún la del hormigón. Pero, para todo eso estaba el Ingeniero.
Muy orondo, jugueteando con su llavero de alta gama, me ha ido enterando que está muy dedicado a su empresa.
-Caray! Empresario .Te felicito!
Y ya se ha largado como Job al ejercicio de los lamentos como es costumbre del empresariado. Terminado lo cual – como no podía ser de otro modo - ha recapitulado y soltado sus hazañas:
-Mira, fundar una empresa hasta un chiquillo de 10 años lo puede lograr! Si eres simpático, tienes ese don que algunos tenemos de alabar la corbata de un fulano que se luce trajes de casimir inglés, puedes tener ocasión de enganchar lo que te puede llevar a las cumbres !
- A las cumbres del Himalaya, de los Urales o los Andes … - le digo ya calado por la curiosidá pero contenido. Y el dueño del Audi sigue:
-.Pues sí. Mírame a mi, que tu bien lo sabes: pésimo alumno, copión de los que se sabían las respuestas de los exámenes porque ellos si estudiaban; vago “desde los rizos a las uñas de los pies”, como decía mi madre, pero llevando y trayendo expedientes en ciertas áreas del Municipio, y sirviendo cafés de verdadero café, me fui haciendo simpático a cierto Ingeniero de las obras civiles. Este gordito simplón, pero atento y capaz de guardar esas composturas faciales propias de los egresados del Eton College , recibió una bonita propuesta: “Te atreverías a ser Empresario?”
He ladeado y movido la cabeza como quien calcula el grado de una curva, y respondí. ¿Por qué no ?
Y en un mes bien cuadriculado, me inscribí en todos los sitios donde debía hacerlo y terminé creando una empresa Constructora. Que yo de aquella no conocía ni las fórmulas de las mezclas que se usan para levantar las paredes y menos aún la del hormigón. Pero, para todo eso estaba el Ingeniero.
Nuestras primeras obras fueron unos hormigonados para la calle de un barrio de esos que quieren progresar y se juntan los vecinos, recogen firmas, las presentan al Municipio y arriba los corazones !! Y como el asunto anduvo bien, pues nos llovieron más contratos y como el asunto pintaba para más, ya nos atrevimos a comprar una vieja champion para nivelar las calles antes de iniciar propiamente los rituales del hormigonado. Cuando ya no salían más licitaciones en la ciudad donde vivíamos, nos fuimos a las aledañas a ofrecer nuestros servicios.
. Y ya de ahí, no nos bajamos nunca más de nuestra industria.
Lo difícil fue cuando nuestro querido Ingeniero fue llamado a la presencia de San Pedro. Porque amigo mío, sin un Ingeniero que se conozca todos los recovecos de las oficinas del condado – como dicen los americanos del Norte – un gordito semi analfabeto como yo, jamás lo podría lograr!-
. Y ya de ahí, no nos bajamos nunca más de nuestra industria.
Lo difícil fue cuando nuestro querido Ingeniero fue llamado a la presencia de San Pedro. Porque amigo mío, sin un Ingeniero que se conozca todos los recovecos de las oficinas del condado – como dicen los americanos del Norte – un gordito semi analfabeto como yo, jamás lo podría lograr!-
Foto: Constru-Guía al Día.
Comentarios
Penoso y cierto tu texto. Un abrazo
Beatriz.