EL HADA Y EL MININO
Ahora en la quietud de la noche, vuelvo aquí a
solazarme con tu Romance, que no solo es un
Romance, es un retrato de un ser que seguramente
ha llegado a este tiempo desde algún remoto siglo vivido en el
Imperio Egipcio: Hada Viola.
Como bien
dices, los felinos han sido
importantes en su niñez.
Teníamos un
gatito negro bebé que se
acurrucaba debajo de la
sillita de paseo
de la futura Hada y mientras ella
se bebía su mema, el gatito hacía otro tanto lamiendo
la leche de su platito.
Ya cuando
niña y gatito
crecieron, Hada paseaba al gatito
en una
carroza de juguete
por esa veredita gris que nace donde termina el
patio.
Le invitaba al
minino café imaginario en unas tacitas de latón del
jueguito de té que le habían regalado. El
michingo le hacía los honores. Se inclinaba a la tacita y como ahí no había nada, retraía su curiosidad.
Entonces la niñita le decía :” ¿No quieres café. No importa!” Y acto seguido inventaba
otro juego.
¿Por
qué fueron llegando la Mama Gata,
Pao Pei y luego la camadas gatunas de la Mama Gata? Porque ella
los amaba tanto que
temíamos que el minino
desapareciera por esos
asuntos de las altas
temperaturas que atacan
a los gatos machos y
les hacen huir del hogar,
quizás sin retornar
jamás. Hubiera sido
un drama para su
alma infante.
Lo bueno es
que ella no ignora la magia
de su tránsito. Ama la
Naturaleza, aunque vive en
una de las cuadrículas
más distantes de las bocas infernales de la misma
Pandemonium, donde tiene una
penumbra atenuada por recatadas luces. Allí se carece del saludo solar.
Y aun
así ha logrado armar su
jardín con plantas ingeniosas y sabias que se
han independizado de las
virtudes solares siguiendo
el rastro de la emancipación
femenina.
Eso si: Cuando las lunas
fulgen en los
cielos con mayor rotundidad ,algunas Hadas
olvidan su varita
mágica y ahí
comienza el otro capítulo.
Comentarios
Enhorabuena y gracias por compartir este sueño realidad que ya forma parte de todos aquellos que te leemos (y sentimos).
Beatriz
Me encantó. Un abrazo
Beatriz.