" U "

aUsted cree? – le pregunté -Según se observe -respondió. -Cuando yo todavía "pensaba", las cosas, las personas, las circunstancias me tenían atrapado en una especie de tablero de ajedrez del que era -al menos para mí -inútil escapar. Dejar de "pensar" era una utopía. ¿Cómo detener la actividad cerebral? Imposible. Pero lo extraño era que yo buscaba sinceramente el arte de ver claro en mí mismo. Y cuanto más lo buscaba, más y más lejos me situaba, o al menos era así como lo sentía. En 1967, recién salido de la escuela de Albeenberg, me llamaron al estudio del español Arga, para fotografiar pequeñas piezas de joyería y obras arquitectónicas. Meses y meses abrumado por los constantes deslumbramientos a que me llevaban formas, colores, brillantez -opacidad. El desaliento me cundía y flagelaba en cada nueva visión, porque nunca lograba atrapar lo que "yo" veía. Era una persecución delirante. Hasta que un día, en una playa cercana a San Sebastián, un hombrecito que sacaba fotos a los bañistas- un hombrecito sin edad, con un guardapolvos descolorido amparándole de cualquier ciudadanía - luego de observarme durante un rato manipulando lentes y cámaras, me dijo: " Primera vez que veo gatillar con una cámara fotográfica. Vaya modo de asesinar lo presente!!". Ese mismo día renuncié a seguir con Arga. Volví con Albeenberg a empezar de cero. Pero el pobre Albeenberg se estaba muriendo y apenas pude adivinarlo detrás de paredes de cristal y máscaras de oxígeno. Huérfano ya, mi primer ensayo fue un botón. Un botón con cuatro agujeros, que -oh, sorpresa! -parecían circulares, pero resultaron cuatro octógonos. Entonces la fórmula del Universo era: un círculo, cuatro octógonos y los arco iris de un pedazo de madreperla. Comprendía que no estaba preparado para interrogar los despojos de una criatura hondamente bella, cuya vida, gestada en el fondo del mar, aún mutilada, seguía palpitando bajo la aparente inercia. Segundo a segundo, las moléculas iridiscentes irradiaban su luz fragmentada y unida en puntos altamente fugaces, de modo que aquella luz casi íntima, interior, no posaba jamás allí donde emanaba.
 Podría calcularse que el botón de nácar fue mi Maestro. Pero sucede que no estoy seguro de haber sido un aprendiz, y mucho menos un "amateur" -el que ama, el amante - pero lo he intentado. Lo intento. Poco después se produjo mi aproximación a "QUART". QUART era QUART, porque fluía como la corriente de un río caudaloso. Tenía épocas para crecer, cundir, permanecer. Lo más notable para mí era la permanente sensación que el tiempo no existía. Las formas, los colores, los brillos y las sombras se valían de mi oficio para manifestarse. Pasaron dos años y jamás había visto al Director de la revista. Pero sucedió inesperadamente. Me llamó a su despacho y me dijo: "Robles, quiero que vaya a Barcelona y vea a Gaudí". Obedecí su orden. Pasé un largo mes, donde las veinticuatro horas de cada día se me antojaban recipientes vacíos. Latas de todos los tamaños. Frascos de formas inútiles y Gaudí bien, gracias. Cuando mi maltrecho ego volvió a ingresar al despacho del Director, su única interrogación fue: -Y? -Bueno... de algo estoy seguro. Mi Botón de Nácar no fue creado por Gaudí. El Pequeño Gaudí Botonesco -como pasaron a llamarme mis compañeros para referir jocosamente mis días de Barcelona -aprendió a girar lentamente en tomo al objeto. Trabajo orbital. Sólo eso. Era consciente de la parcialidad, del fragmento; pero la unidad seguía siendo esquiva. Inasequible. Me interesé por el arte de los antiguos egipcios

. Intenté ceñirme a los perfiles. Las Mitades. Ello obedecía a que mi pensamiento estaba dominado por la idea que cada uno de nosotros era precisamente eso: una Mitad. Una triste Mitad a la que se otorgaba por un breve lapso de residencia terrena la posibilidad de rescatar la Mitad perdida. Por segunda vez, volví a preguntarle. -Ud. cree?- -Puede ser... - respondió, pero su voz no era convincente. Luego continuó: -Lo único cierto de nuestra condición humana es la caída. Caemos y caemos quién sabe a qué velocidad, sin que vértigo alguno nos advierta. O sí? Primero nos parece que estamos avanzando. Luego corremos. Por último ya somos bólidos lanzados a las pistas del Mundo y no podemos parar. Hace poco más de un mes -en plena temporada veraniega -nuestro Estudio era un loquero. El gato más gato, pretendiendo lanzar al mercado una nueva revista o un "sachet" pornográfico, entraba clamando, exigiendo, dando puñetazos sobre los mostradores y escritorios, ofreciendo el Oro y el Moro, con tal de ser complacido. Y en medio de ese frenesí, quién reaparece? Mi ex jefe, el director de QUART, para solicitar nada menos que dos series y una de ellas con cámara/ rayo. "Oh, lá, lá -pensé -He aquí al Súper Ultra Plus Exquisito Director de QUART, en el instante supremo de sucumbir a la Tentación: Desnudar al vestido. BRAVO!!" . Jugué a disuadirlo, ofreciéndole la posibilidad de un turno recién a mitad de Agosto. Luego, como una excepción - verdaderamente única - lo ubicaríamos en la primera semana de Abril. Me vulneraba advertir que era su voluntad la que dominaba.

 Hilvané frases ambiguas para amortiguar su urgencia. Dejé resbalar ciertas palabras con la secreta esperanza de llevarlo a los tonos confidenciales y cuando no tuve otra alternativa que disponer el Estudio para esa misma noche, la identidad de la modelo, carcomía mis sienes. Era obvio que no pudiendo llegar al desnudo en forma directa, el Señor Exquisito iba a lograrlo mediante el subterfugio que le concedía la cámara/ rayo. Pero lo que realmente alteró la entrevista, fue la mención que hizo de David Naalmarck. David, es nuestro principal adquirente de material pornográfico. Gracias a su incesante demanda, el Estudio posee los equipos más sofisticados, la materia prima de mejor calidad y los técnicos más eficientes dispuestos a ganar. De modo que él dijo "David Naalmarck", y yo me vi rrojado a los pies del Becerro de Oro. Hasta que al final de una jornada asfixiante y agotadora, el Director de QUART arribó con la modelo. La vimos. La miramos. La admiramos. Sí. La vimos. La miramos. La admiramos. Inesperadamente, en nuestro antro del Poder Sexual surgió un silencio magno. Las mentes quedaron en blanco. Se quitaron las palabras. Los pensamientos más nimios y rastreros cesaron. Una profunda beatitud nos irradiaba de adentro hacia afuera. Una luz cegadora nos prohibía hasta el más mínimo parpadeo. Ese silencio, junto con los resultados de la sesión, descubiertos al día siguiente, permanecen en cada uno de los que estuvimos esa noche. Ni Dios ni el Otro pueden ahora intervenir. Robles recorrió con su mirada la lejanía propuesta por el ventanal que habia servido de marco a nuestra conversación. Buscó algo en un bolsillo del gabán y me lo dio. -Aquí está la carta que recibí esta mañana. Es del Director de QUART. Léala y si lo desea puede copiarla. Dudé un instante en hacerlo. Pero aquí está: "Estimado Robles: Tenga por seguro que cifraba en su intervención mi última esperanza. Por si acaso sirven para armar su propio rompecabezas, le dedico esos "detalles sutiles" que lo tienen intrigado. Es verdad. David Naalmarck es mi socio. Suena raro pero es así. David Naalmarck, el editor de MATAMIL, la revista pornográfica de mayor tiraje en el mundo de habla hispana y el director de QUART ARTE/ INFORMACIÓN, estamos asociados. Mas aún le sorprenderá saber que David ha sido más que un socio, un verdadero hermano, desde la época que ambos cursábamos la secundaria, allá por los años 50 y éramos sustancialmente locos, complicando nuestra existencia buscando un "gurú", pero sólo por imitación de la "elite" que se lucía calcando las imposturas de los elegantes. De esas falsas búsquedas, de otros tantos falsos "gurús", David Naalmarck descubrió mi ineptitud para las cosas de orden práctico y cometió la estupidez de alojar en su cabecita esta idea: que yo -José -era un Ser dotado para permanecer en una continua fusión con la Belleza, pero esta Belleza en la que -según él -yo estaba inserto era parienta de los delfines y las ballenas; apta para las extensiones marítimas, para las oceanidades, pero imposible de sacralizar entre los muros de esta Tierra.

 Fue porque yo decidí fundar QUART, que él armó BOQUITAS, que ni siquiera fue una revista. BOQUITAS era una larga tira con treinta dobleces y treinta chicas de almanaque. El asunto fue casi diabólico. David, con el primer número de QUART hecho un rollo, entró en mi oficina. " José- me dijo -nunca nadie pudo lograr esto. Pero mucho me temo que el número de suscriptores pueda pasar de cien. Cien inmortales por supuesto!". Y enseguida, con voz de alucinado, expuso su teoría. "Ahora, José, para que tu QUART pueda existir, voy a invertir tu obra. Al tañido de tu campana de plata, opondré mis vestales rollizas, impúdicas, carentes de ropa y solemnidad. Con las ediciones de BOQUITAS convocaré al cerdo que subyace en cada comprador de la tira. Alimentaré la lujuria de mis cerditos Y los derramaré sobre todo el Planeta. Y mis cerditos lo devorarán todo, excepto, claro está, tus cien inmortales, tus cien inalcanzables, por la sencilla razón que ellos carecen de sustancia comestible!!" Paso ahora a nuestra entrevista en su Estudio. Recordará -mi estimado Robles -que al solicitar su actividad profesional, dejé en claro que deberían tomarse dos distintas series de fotografías: una con cámara convencional y otra con cámara Rayo Delta y que la indumentaria de la modelo no debía prevalecer en vuestra atención mas allá de lo indispensable. De ahí su confusión, sabiendo que el resultado de una. C/R/Delta es siempre un desnudo. Tengo presente que tuvimos problemas para resolver la sesión, hasta que finalmente dispuso Ud. el Estudio para las 20 horas de ese día. "Creo haber memorizado un comentario salido de sus propios labios: "Somos un equipo numeroso, sin embargo, las cosas están empeorando. A la excesiva demanda, se añade el material recibido con fallas, a causa de la invernada aduanera. Hemos perdido partes de series que luego debemos recompensar y la gente se cansa. Y cuando la gente está cansada acusa síntomas raros. Dos de nuestros muchachos- por ejemplo- sintieron nacer una súbita vocación religiosa: se fueron con la comunidad de los Hermanos Descalzos.

 Hace sólo tres días, el mejor de nuestros técnicos de Laboratorio me planteó la necesidad de irse a vivir con unos ermitaños que habitan al pié de un cerro a 50 Km de San Salvador de Jujuy, temporalmente. Uno indaga. ¿Qué Somos? Embalsamadores? Anatomistas? Vigías? Centenares de cuerpos atrapados allí, con nuestras cámaras. Cuerpos bellísimos cuyo misterio es inventado o destruido. Fotos. Fotos. Fotos. Mentira! Centenares de criaturas exponiendo la desnudez humana. Emitiendo el perenne lenguaje de la Creación. Se da cuenta? Y nosotros, qué somos nosotros? Los sacerdotes de la lujuria? Los inquisidores del Poder Sexual?" Entonces le cité una frase de David Naalmarck, a modo de respuesta: "Hasta el perro, asediado por las pulgas, cuando arrastra su lomo contra las piedras ásperas del camino, puede creer que sus patas corretean por el Cielo!" Horas después, tuvieron Uds. la oportunidad de fotografiar a "U". ( De cómo la conocí, de cómo intuí su misterio, nada puedo decir. ) Sugiero que obligue a su memoria a la descripción de "U", y que si le es posible, se retrotraiga al clima tan especial que imperó en su Estudio a partir del momento en que ella llegó. Acaso no fue Ud. mismo -conmovido hasta las lágrimas- quien me susurró: "No puede ser... Dígame que estoy equivocado: los ojos de esta mujer están muertos!!?? Pero antes que transcurrieran cinco minutos Ud. regresó con un nuevo descubrimiento: " Sus ojos están muertos, pero ella ve!!??" -Sí, ella puede ver- le dije. Me consta que había en cada uno de los integrantes del equipo una interrogación diferente.

 La tela del impermeable de "U", que en definitiva no era una tela, sino una energía. Los efectos vaporizantes que causaban sus zapatos al entrar en contacto con el piso del Estudio. El indefinible color de sus cabellos y su extraño comportamiento, sólo comparable al movimiento perpetuo de las aguas del mar, de los oleajes. Y por último, los pequeños arcos voltaicos que se formaban y desaparecían en torno a sus manos. A través de David estoy perfectamente enterado de lo que sucedió en su Estudio al día siguiente. De las 154 exposiciones registradas, en ninguna de ellas aparece la figura de "U". Tan solo lo bellísimos pliegues de las túnicas que la vestían, dan testimonio de su presencia. Ambos sabemos que la actividad de una C/R/Delta está programada para 32 millones de disparos/ rayo. Luego de las 154 exposiciones, el emisor de la cámara, ha quedado como si al ser emitido, el rayo hubiera sido refractado a potencia imposible de alcanzar aún para un súper láser.

 Pues bien, mi estimado Robles, antes de llegar a su estudio, yo personalmente había liquidado cuatro- cuatro! -C/R/Delta con idéntico resultado tratando de captar siquiera una -UNA -imagen de "U". (Los celosos constructores de la C/R/Delta, aunque desorientados, me han informado que ciertos detalles conducen aun laberinto de actividad que no son capaces de definir y mucho menos de formular. Las cinco cámaras están total e irreversiblemente fundidas.) Ellos, como yo, como seguramente Ud. tienen una sospecha. Por ahora, llamémosla "U". Cordialmente: J. Posdata: Tras contemplar las fotografías con las túnicas de "U", David las guardó en una gaveta de su caja de máxima seguridad. Con la escasa voz que le resta, llegó a decir: Me jacto de haber convertido el Planeta en un inmenso chiquero, pero tú, José, acaso no rendiste a los Cien Inmortales, día tras día, la dulce sumisión de tu espíritu? Ya ves. No sólo te privan de su propio hedor, sino que rehúsan dar testimonio "visual" de su existencia..."

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