DE OLLAS Y SARTENES


Dedicado a la memoria de MARGARITA

La vez que argun comensal - que de tanto en tanto invitamos a nuestra mesa – alaba a quien cocinó, ques mi Mujé, ella mú cumplida dice:
No es mío el mérito, sino de mis ollas . Ellas son las que saben cocinar rico.
Los invitáos casi siempre esbozan una sonrisa algo desconcertá. Tonce, enseguida mi Mujé les refiere:
-Es que mis ollas y sartenes vienen enseñados por las buenas cocineras que los usaron antes que yo, y por supuesto poseen esa maestría del arte de cocinar.
Er siguiente paso puede ser una invitación a conocer nuestra cocina, la cual es igual a la de cuarquié vecino . Ni mejó ni peó. Hay cosiyas colgás en las paredes, que son nuestros tesoros de familia. La balancica romana de mi Agüela, er agulleiro de la Bisabuela, la cantimplora der San Bernardo que fué nuestro perro insignia. La escopeta der tío Patricio,er candil de mi propia Madre, las yaves de hierro de las casas de nuestros antepasáos, er soldador a nafta de mi Padre, er cusharón de plata de mi suegra, un par de grandes platos de cerámica tradicional de Talavera de la Reina y por supuesto, las ollas heredadas de sus antiguas dueñas.
Va mi Mujé explicando a su selecto auditorio :
“Esta fué de mi suegra . No sé si ella la estrenó. Ha cocinado para decenas de comensales cada día. Las tapas tienen sus bollones, de tantos riesgos que han corrido las pobres. Imagináos, que en aquella cocina de mi suegra, solian hasta introducirse un par de gatos lambones, de los que calculan el momento que sale una de la cocina para tirar la tapa y ver si pueden garronear algo para sus propias tripas! Años después fué esta misma olla a cocinar en la casa de una de mis cuñadas.
¿Como cocinaba mi cuñada !? Como los dioses . Que se había casado con el dueño de un restorán de los mejores de por aquí, y bueno, imagináos cuanto aprendería mi cuñada de su ínclito marido.
Y un buen día. Sabe Dios por qué misterioso designio, me vino a visitar y me trajo SU OLLA .
“Toma , quiero que tengas tú esta olla. “
La miré, nos quedamos mirando las dos como si contemplásemos de un tirón nuestra larga amistad. Porque mucho antes de ser cuñadas, eramos amigas. Entrañables amigas. De esas amigas que guardamos profundos secretos, aguijones que la vida nos clava cuando menos lo esperamos. Brindis de los que se hacen celebrando el dia mas feliz de nuestra Vida. Crespones de luto que alguna vez tuvimos que colgar en una puerta.
Desde que la estrené en mi cocina, la Olla me demostró su sapiencia. Jamás imaginé cocinar con esos sabores, con esos aromas , con ese punto - exacto o nó - para las mermeladas o los almíbares.
Pero creedme, es la magia que le enseñaron a esta Olla sus antiguas dueñas,quien os provoca el deleite !

Comentarios

Cayetana ha dicho que…
Qué lindo Beatriz. Me llegó mucho. Ojalá que la olla siga aprendiendo. Un abrazo
Beatriz Basenji ha dicho que…
HOLA CAYETANA !! TRECE AÑOS DESPUÉS TE AGRADEZCO TU COMENTARIO.MUY APRECIADO !! A VECES ALGO NOS DISTRAE Y DISPERSA NUESTRA ATENCIÓN. QUE TENGAS UN MUY FELIZ DÍA !!

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