EL REGRESO


Le  habían festejado el cumpleaños  número  96 en  los  Jardines  Colgantes , para  hacer  el  honor  al glorioso  pasado que    unía a  la  familia. Además  no  había  otro  sitio tan amplio  ni  donde  las flores  habidas en  aquel  Reino  continuaban en el estado de  perfección.    

Pero  él  ya tenía su  plan trazado  en  los altos  de  su  nube. Y exactamente – tal  como su  última  esposa  lo  registró -  el  16 de Enero   poco antes del  ocaso,  ella  le  vio  caminar   con una  potencia  desconocida, imposible  para  cualquier  humano  de esas edades. Allí  se le  veía  avanzar   por  un  campo   quien sabe  dónde, huyendo hacia el  sur.

Era  él. No  le  cabían  dudas. Si fueron segundos,  esos segundos  habían  transcurrido en la  Eternidad. Ella  tomó de inmediato  su  celular y  comprobó  la  hora. Luego  escribió  a  la hija y  le hizo  una sola  pregunta: “Ya  habéis  terminado el  Concierto?” 

A los  pocos minutos  la  joven  respondió: Si.

Nunca  había advertido  la  potencia del  SI.

 Estaba  perpleja. ¿ Habría  él asistido  al  Concierto junto  a  los  mágicos  Andes  y  la  belleza  del  Nahuel Huapi?

Eran  entonces  las  20.30 . Los  músicos  viajarían  a  medianoche rumbo  a la  capital  del  País. Solo bebió   sus  vasos  de  agua. No  probó bocado.  Una vez  más  no  lograba  dominar la  ansiedad.

En esos  momentos  su  hogar  se tornaba  desconocido. Cierto que  el  mobiliario era de otro  siglo. Cierto  que  sus gatos  ya eran ancianos  y  pocas veces  se  le acercaban para ronronearle  su  cariño. Tomó  su  cuaderno de  Mandalas  y  se  entregó a  dar  color  a  las  propuestas.

Seguía  absorta  contemplando a quien fuera  su esposo,  ahora  con sus 96 años , algo encorvado  y  caminando  a una velocidad  imposible de creer. Tal como él  era. Espíritu  puro  que  ninguna  adversidad  doblegara.

Cerca  de las tres de la  madrugada  su hija  le envió  un  mensaje: “Ya estamos aterrizando!”

Suspiró hondo. Recorrió  de  nuevo  su  hogar. Apagó  las luces  y  despertó  en la mañana, como  cada día.

 Luego de un par de semanas  ella  lo  volvió  a ver  en  el  pequeño  departamento  de  la hija. Dormitaba. Mas  cuando  la  joven  también  despertó, EL  se puso de  pie. Y cuando ella  marchó  a sus  obligaciones  diarias,  allí estaba él, con su boina, su  campera de moda y sus botines silenciosos  caminando a la  par. Invisible  como  corresponde al  estado de  Gracia.

Esa  era  su  maravillosa  Tarea, 

Foto: Hoteles.com

 

 

Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
Ese si abría mil caminos. Me ha encantado el relato, y la foto es espectacular.

Un fuerte abrazo, y buen fin de semana
Beatriz Basenji ha dicho que…
MUY FELIZ DOMINGO DE AÑO NUEVO CHINO !! YA LO CREO QUE ABRÍA CAMINOS !! CON SU DILIGENCIA, SU HABILIDAD, SU SENSATEZ Y SU PACIENCIA DEL TAMAÑO DEL UNIVERSO !! GRACIAS POR TUS DIVINAS PALABRAS !!

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