LA INSPIRACIÓN


Cuenta el propio pintor en La vida secreta de Salvador Dalí que una noche, tras cenar queso de Camembert, se puso a meditar sobre los "problemas filosóficos" de la materias dura y blanda. Este pensamiento le llevó hasta un cuadro inacabado de un paisaje de Portlligat presidido por un olivo seco, rocas y un atardecer melancólico. Entonces surgió la inspiración: añadió los relojes blandos, que se deshacen quizás cansados de marcar la misma hora, y surgió La persistencia de la memoria, icono del surrealismo y obra capital del pintor ampurdanés. Pintada en 1931 por un joven Dalí de 27 años, la obra se expone ahora por primera vez en el Teatro Museo Dalí, de Figueres, gracias a un préstamo temporal del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), propietaria del lienzo...”
Natalia Iglesias- Figueres – 17/1/2009
El País, versión digital

Presta musha atención, shico, lo ques la inspiración pasando por la materia gris de un genio!
Pal Dalí fue un queso. Pa nuestra niña - tu hermana - un gato medio muerto, lesionao por los colmiyos de argún perro que casi le arranca er rabo y un ojo, que se ha encontrao por arguna caye de la vecindá .
Que ha sio verlo y a lo primero vino a tóo correr a por unos polvos cicatrizantes desos que no fartan en er botiquin de una familia.Y corriendo se ha ido a socorré al animal.
“Papá, que yo le dije a este pobre gato: desde hoy te yamas Ceferino, porque es nombre de un buen Santo, que te va curar. Así que, Ceferino, quedate mu quieto que te pondré esta medicina que no duele y luego te bebes tu leche del platito... Y pon en marcha tu motor de las siete vidas, por favor!”
Y que ha hecho luego la niña? Se ha vuelto a la casa por su block de dibujo y sus lápices y lo ha tomao ar Ceferino por modelo.
La obra avanza. Y es así: son unas líneas de color que responden a lo curvo, que se apoyan las unas en las otras. Si cierras losojos ar mínimo yegas a vislumbrar ar gato entre desmayao y tenso. Y cuanto rodea a esa figura hasta puede ser una ciudá o la cosa caótica que nos contiene a los humanos.
Quizá al ver la intriga en mi rostro, la niña se ha explayao:
“Mira, Papá, con solo mirá la caye verás tú unas ondillas de caló que se mueven de continuo. Si arrojas agua ahí mismo te nace una nube. Papá, Papá! Es que tú no te tiés memoria, no te recuerdas der verano que nos fuimos a la Punta del Este, y yegandito casi , en la ruta, las nubes se habían caído y andaba el bus avanzando entre ellas? Que así son los espacios. Que las líneas tienen su propio sarao y na más hay que atraparlo! Porque la realidad siempre está huyendo .
Ese es er desafío : atraparlo!”

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