STEPHAN HESSEL
Los
diarios del mundo hoy nos hacen saber del deceso de Stephan
Hessel, de 95 años intensamente vividos. La suya es sin lugar a
dudas una biografía singular por tantas razones, pero mas allá
de los años aciagos de la Segunda Guerra Mundial- sobreviviente
del campo de concentración de Buchenwald - intervino en la
redacción de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, se
desempeñó como diplomático por varias décadas, y en sus
últimos años, escribió ¡indignáos
!
Una obrita de tan solo 32 páginas que ha sido publicada en más
de cien países, desde que fuera editada en Francia en 2010.
INDIGNÁOS ha dado aliento a casi todos los movimientos que
actualmente se gestan y desarrollan en los diversos países
afectados por la crisis.
“ Nombrado
embajador de Francia por François Mitterrand en 1981 y galardonado
con la Legión de Honor por Jacques Chirac en 2006, Hessel no se dejó
atrapar por los honores, y mostró siempre una adolescente capacidad
de indignación y denuncia. De una batalla pasaba a otra: los
derechos de los inmigrantes sin papeles, el ecologismo, la pobreza,
la causa palestina (que le valió la cólera de las asociaciones
judías)... En 2008, indignado por la política de inmigración que
impuso el ministro Brice Hortefeux, Hessel afirmó: "Desde hace
dos años, asistimos a un espectáculo desolador y deshonroso, la
caza de inmigrantes que viven en Francia desde hace años, y la de
sus hijos que dan clase en nuestros colegios".(Miguel Mora . )
Su
buena salud le permitió llegar con su espíritu comprensivo,
sensible y batallador hasta el fin de su vida. Nunca se rehusó
a conceder entrevista o dar conferencias. Tuvo hasta ahora un
espíritu juvenil, una mente siempre abierta dispuesto a
escuchar. Fué un hombre privilegiado al tener una infancia no
solamente feliz, sino que tuvo ocasión de conocer los hombres
mas emblemáticos de la Francia del pasado siglo XX, ya que sus
padres participaban intensamente de la vida intelectual y
artística de su tiempo. Figuras como Le Corbusier, Brancusi,
André Bretón o Picasso eran habituales en casa de su familia.
“ Aunque
él siempre dijo que su tardío éxito entre los jóvenes se
explicaba por el momento histórico que vive Europa: "Las
sociedades actuales están perdidas, se preguntan qué hacer para
encontrarse y buscan un sentido a la aventura humana", lo
cierto es que Hessel poseía una sabiduría capaz de llegar a
todas las mentes .
Hombres
como Stephan Hessel que encontró junto a sus pares, las palabras adecuadas
para redactar la DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS ,
continuarán junto a toda la Humanidad por muchas generaciones,
y como el mítico faro de Alejandría nos seguirán iluminando.
Fuentes
citadas: “El joven nonagenario que gritó “¡Indignáos!”
Miguel Mora, París 27 /02 /2013 , El País ,versión digital.
WIKIPEDIA.
Comentarios
En aquel tiempo, la humanidad, demasiado ocupada en satisfacer las múltiples necesidades creadas por una vida cada vez más compleja, no tenía ni tiempo ni voluntad para pararse a pensar si realmente esas necesidades le eran necesarias. Prendida, como la mosca, en la tela de araña, si se agitaba para intentar librarse de la pegajosa liga más ligado a la tela resultaba, con el agravante de que las vibraciones atraerían a la araña que procedería a narcotizarla y embalsamarla viva. Así es que la mejor opción resultaba ser quedarse quieta, sin intentar zafarse -pues ello parecía imposible-; de esta forma, al menos, se podía pasar desapercibido para la araña, y aunque inmovilizada, prendida de la tela, se podría gozar de una aparente libertad de movimientos en el reducido ámbito de la intimidad.
Hoy en día la humanidad parece la mosca y la araña: hay quienes actúan como araña -los menos- y tejen su tela para cazar moscas y vivir de ellas; y quienes -los más- ejercen de moscas que son incapaces de ver la fina tela de araña que se extiende alrededor de ellos y a la que acaban adheridos, sin remisión ni posibilidad de escape... (¿o, sí?).
La época de Hessel, el siglo XX, y aun antes... Pareciera que cuanto más avanza el tiempo más nos alejáramos del Paraíso, aquel en el que, sin duda, un día estuvimos (pues en nuestro corazón aún resuena el eco de su existencia), para acercarnos cada vez más a la fatal ausencia de libertad.
De vez en vez intentamos resistirnos -nos indignamos- pero eso no evita que constatemos, inmediatamente, cuán férreamente estamos adheridos a la tela de araña que hemos consentido se levantara ante nosotros -nuestras cada vez más complejas necesidades.
No hay solución. La humanidad deberá olvidarse de sí misma para poder recuperar parcelas de autonomía ya definitivamente perdidas. Aquí cada cuál va a lo suyo. No importa cuánto se agiten algunos, los más permanecerán quietos para no ser "detectados". Pobres estúpidos.
Stephan Hessel pertenece a una humanidad pretérita y extinta, que una vez pobló la tierra y la llenó de sueños, que resultaron fallidos. Nos queda el escalofrío, la resignación, y quedarnos quietos... todo sea por no molestar a la araña.
De la "indignación" a la "resignación" por claudicación, por falta de vitalidad y fe en uno mismo. Moscas, nada más.
Un abrazo a todos.