LA SALUD DEL PUEBLO

La historia registrará que a las 23.15 de un sábado 7 de noviembre (madrugada del domingo en España) la Cámara de Representantes aprobó en Washington una reforma sanitaria que ayudó a aliviar uno de los dramas nacionales y elevó a Estados Unidos un peldaño en la escala de la civilización. Sus detractores dirán que se hizo con nocturnidad y en día de asueto, como los malos Gobiernos imponen sus peores ideas. Sus defensores recordarán el dramatismo de una de esas jornadas que engrandecen a una nación.
“Obama celebra su primera gran victoria”
Antonio Caño – Washington 08/11/2009
El País, versión digital


No ha sío fácil. Porque tos güenos señores de la derecha - sea del paí que sea - solo ven con alegría quel gobierno les auxilie los bancos en caso de derrumbe económico, que toíta la pasta se la pongan pa evitarles la quiebra. No le hacen asco arguno. Pero que er mismo gobierno implemente una reforma sanitaria que beneficie ar Pueblo, eso nunca !
Una gran victoria de Obama.
Er almanaque nos dice questamos yegando a la culminación der 2009. Y recién la gran potencia mundiá que dicen ser los Estados Unidos de Norteamérica han lograo entre gayos y medianoshe la tal reforma. ¿Que nos queda a los ciudadanos rasos de los países en vias de desarroyo?
Las doña Rosa, las doña Nélida, er Don José. Usea los curanderos destos barrios nuestros iluminados con luces de gas de mercurio. Y los má mejorcitos, los kinesiólogos cubanos que tras una hora de masajes, lámparas ultravioletas,diversos chiches de ondas cortas, etc. te quitan las contracturas de la jodida espalda .
Los matasanos – como yamamos con cariño a los médicos destos quartiers- quedan pa cuando la cosa apunta pa seria o grave. No os riáis. Quen esto de la medicina, va pa lo má complicao.
El caso que la gente se enferma cuando amaga la escasez de trabajo o directamente te despiden. Quedas en la calle. Hasta entonces fuimos sanos, felices, orondos a toda hora y musho más los feriados.
Justo es quel mismo sistema que te enferma, haga algo por devolverte la salú.