LA MAÑANA PERFECTA




A  Don Héctor, que presenció los hechos.

Doña Clotilde - la Cloti - para sus íntimos, madrugadora como es ella, ya vió desde los primeros rayos del alba que la mañana iba a presentarse perfecta. Preparó sus documentos ,pasó el plumero sobre la carrocería de su auto, se solazó disfrutando la belleza de ese último modelo, que lo había comprado siguiendo las indicaciones de sus sobrinos. Muchachos de la ciudad, de esos que se las saben todas.

El viajecito a la ciudad tenía un único objetivo: obtener la licencia de conductor. Mas de 40 años dando al volante de cuanto auto compró la familia, pero eso si, eso de tener un carnet de conductor, para qué, si ella no iba mas que por los caminos comarcales allende los campos, cuanto más era llegar al pueblo mas cercano, donde solo la gente de la zona se aproximaban igual que ella, para surtirse en la proveeduría. ¿Quien le iba a pedir carnet de conductor, si lo mas que circulaban eran jinetes montados en sus caballos ?

Pasadas las 8 se enfundó los guantes, tomó la cartera, se perfumó con Thé Vert de Roger y Gallet y salió andando con su auto recién estrenado.
Tal como lo intuyó, esa mañana era perfecta para lanzarse a circular por la carretera. Se mostraba divinamente ventosa ,con esos aires de la Patagonia que van arreando las nubes como celestiales ovejas.

Hacía pocos minutos que había ingresado por una de las avenidas principales a la Ciudad. Sabía muy bien cual era la calle que debía tomar para dirigirse a lo suyo.

Fue doblar a la derecha, meterse en la diagonal donde quedaba el domicilio que le habían anotado los sobrinos, cuando se sorprendió por la cantidad de autos policiales que abarcaban todos los espacios posibles e incluso algunos estaban malamente montados en las veredas. Detuvo la marcha .

De inmediato un efectivo de la misma Prefectura se le acerca y le pide los documentos.

-Señor, para qué quiere ver mis documentos?
-Estamos en un procedimiento de rutina, señora. Muestre sus documentos.

Abre la cartera y se lo extiende para verificar. Y como justificando estar en ese sitio la Cloti dice:

-Que yo no mas he venido para sacar el turno para la Licencia de Conductor !

-Ajajajá!! - exclama el hombre y con una sonrisa de oreja a oreja le dice:

-Señora, justito es lo que nosotros necesitamos en este momento! Alguien que reconozca que viene por los trámites de la Licencia! Venga conmigo, por favor !

Y se la llevó a doña Clotilde, que no llegaba a comprender que en “ese lugar” las Licencias de Conductor que se obtenían eran ilegales. Es decir FALSIFICADAS !

Comentarios

l'imposteur ha dicho que…
Hola Beatriz. Hola a todos.

Pues vaya con las "sancta simplicitas". La buena y pobre de doña Cloti, tan cumplidora ella, toda ufana, dirigiéndose en auto recién estrenado a adquirirse el carné de conducir a la ciudad. ¿Pues qué? ¿No habrían de agradecérselo los agentes de tráfico?
Lo que menos podría esperar ella era encontrarse con que el destino de su gestión no era el organismo oficial competente para el caso, sino un tugurio de falsificadores. Convertida la buena de Doña Cloti en delatora a su pesar. Buena jugarreta le tenía preparada el destino.

Simple y delicioso relato digno de esa dramaturgia ligera tan inglesa ("Los asesinatos de la Señora Muir", sin ir más lejos), en que las buenas señoras, respetables, pulcras, amables y diligentes, son capaces de merendarse los higadillos de un inquilino atrapado en su tela de araña...

Sonrisa ante tanta adversidad. Siempre de agradecer.
Por ello, gracias, Beatriz, por la gragea de humor.

Un abrazo a todos.

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