DE CIRUJANO Y PSIQUIATRA A OBISPO ORTODOXO

De
tanto en tanto nos gusta dar un repaso al “Corriere della
Sera” que solíamos leer con avidez cuando pequeños, porque
nuestros amiguitos de entonces nos prestaban los ejemplares que
sus padres ya habían leido.
El
periodista Aldo Grasso nos dá una fina semblanza de este médico
italiano: Alessandro Meluzzi, muy conocido en los platós de la
televisión de Italia, donde es invitado por diversos anfitriones
a dar sus opiniones sobre los temas que allí se tratan. Ese es
uno de los motivos que han hecho de Meluzzi una presencia habitual
conocida por todos los italianos.
Según
nos lo dice la misma Wikipedia, Meluzzi se graduó de Médico
Cirujano con lauros, a la edad de 25 años. Mas adelante se
especializó en Psiquiatría y como Psiquiatra se le conoce desde
entonces.Ya en su juventud hizo sus pinitos políticos militando
en diversas organizaciones juveniles y en 1994 adhiere al
Partido Forza Italia, donde es candidato a diputado , pero fue
derrotado por pocos votos por su opositor.
También
en el 1996 es candidato al Senado, donde también es vencido por
Piero Giovanni Crocco. En el 98 deja Forza Italia para adherir al
partido que entonces lideraba Cosiga: Unione Democrática per la
Repubblica.
A
la par de sus actividades políticas ha desarrollado una amplia
labor científica y cultural. También fue adherente a la
masonería, que abandonó en el 2003 y no podemos dejar de señalar
que ha sido un seguidor del controvertido ex sacerdote
Pierino Gelmini, considerado para unos un respetable santo y por
otros acusado de haber abusado de niños dentro del marco de la
Iglesia Católica.
No
contento con todo ello, en 2007 Meluzzi es consagrado diácono
de la Iglesia Greco-Melchita , una iglesia de rito oriental
reconocida por la Iglesia Católica.
Como
si de un mago se tratara, Meluzzi da un giro a su amplia capa
de sueños o caprichos y nos sorprende en mayo del 2015 tras
haber sido ordenado presbítero ortodoxo en el ámbito de la
Iglesia Ortodoxa Italiana , rama secesionista con respecto a la
Sacra Arquidiócesis Ortodoxa de Italia y Malta, reconocida por el
Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Según
se ha dejado trascender, Meluzzi se alejó de la Iglesia Católica
por su pertenencia a la masonería.
Y
la última ultima: Acaba de ser nombrado Su Beatitud ALESSANDRO
I , ya en la cumbre de su Iglesia.
Aldo
Grasso compara a Alessandro Meluzzi con el personaje Leonard
Zelig, un falso documental realizado por Woody Allen,donde nos
muestra “ el hombre -camaleón que asombró a la sociedad
norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que
miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse
excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a
transformarse físicamente en las personas que lo rodean,
convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad
sin esencia. Testigo de algunos de los acontecimientos más
importantes de los años treinta, encaja a la perfección en todas
partes porque asume las características tanto físicas como
psíquicas de las personas con quien está para caerles bien.”
Grasso
nos dice que al lado de Alessandro Meluzzi, Zelig era un
dilettante.” El psiquiatra Meluzzi, criminólogo, gran frecuentador
de los platós de la tv, se ha convertido en Obispo Ortodoxo bajo
el nombre de Su Beatitud Alessandro I. “
Fuentes:
“Rieco “zelig-Meluzzi” ora é diventato Alessandro I “
por
Aldo Grasso – Corriere della Sera - versión digital - 17/ 01 /
2016
Foto: notizie24ore.eu
Comentarios
Un abrazo
Singulares estos personajes que son coro. Seres que no pueden dejar de ser, o de sentirse que son, muchos.
Hay que estar dotado de un inmenso talento para realizarlo, para creerse todos y cada uno de sus papeles, no como si fuesen eso, papeles, sino como si fueran uno. Uno en muchos, he aquí la cuestión. El misterio de la Unicidad del Todo "en progress" que diría un sajón. Uno que no puede evitar ser todos los que siente que es, y hacerlo con solvencia, con resultados más o menos exitosos, pues que en cada uno de esos personajes que es se le reconoce y valora (sea cirujano, psiquiatra, forense, masón u obispo ortodoxo de secta recóndita).
Realmente hay que tener un gran talento...
Y hay siempre, además, un comportamiento reincidente en estas personalidades corales: su atracción por los media, el escenario, las candilejas, como si no pudieran dejar de publicitar su capacidad camaleónica, como si en esa publicitación se hallase el secreto de su razón de ser: sin público, nada serían.
Un abrazo a todos.