ELEONORA BRIGLIADORI: LA CURA DEL CANCER ( Parte 2)



P: Entonces como se debería curar el cáncer ?

R: Hamer ha identificado la causa, pero no todavía ha encontrado la solución válida. Todos le están cercando sin tener presente la parte espirtual porque no están en condiciones de observarla, algo que si ha hecho Steiner: el tumor es una tentativa de crear un nuevo órgano, y nace de un modo erróneo de pensar en la vida y también en el hombre. Ocurre curar a través de nuestro espíritu, resolver nuestros conflictos sociales, ya sea con los socios, con el hijo o con el trabajo... se necesita retornar a ocupar la visión del Mundo. Una enfermedad orgánica tiene causas psiquicas mientras una enfermedad psiquica tiene raíces orgánicas: esto se enseña en la medicina atroposofica. Por lo cual enseño a meditar, a llevar el órgano cerebral al estado de quietud. Meditar es como pilotar el YO al descubierto de nuestras fuerzas internas.


P: La prevención no es importante?


R: La prevención es un arma que solo sirve para causar terror. La dependencia psiquica de los exámenes clinicos es una actitud no buena. Y que en los hospitales afirma el consenso informado como un pacto similar al pacto entre Fausto y Satanás. Está siempre de por medio la sangre, y hacerlo equivale a privarse de las fuerzas del Espíritu. Aceptar de este modo de actuar significa negar la sabiduría de la Creación, renegar de Dios y esto al fin crea un cortocircuito de las fuerzas vitales. La medicina de hoy es un método falaz, que está destinado a conjuntos, no a individuos. Aconsejo a todos seguir las enseñanzas de Samuel Hahnemann, padre de la Homeopatía.



P: ¿Por lo tanto no rechaza la medicina, aunque sea alternativo ?

R: Detesto estos términos, “alternativo” ,porque es una mezcla de conceptos contradictorios que producen efectos opuestos. El verdadero no es alternativo, es lo que debe ser distinto de lo falso y usado para una curación correcta. Es fundamental comprender el alma y aquello que el YO pide a ésta para realizar. Hace tiempo tenía un nódulo en el seno de seis centímetros y he resuelto el problema sin temo, primero escogiendo la causa y luego usando una pomada: mi seno a vuelto a ser perfecto sin cirugía o eliminación. Hoy esta pomada a la phytolacca de la cual estoy hablando también en Facebook no se encuentra en el comercio porque también en el mundo de la Homeopatía existe una guerra de poder. Así es como se desacreditan los valores de la Homeopatía y de las empresas que producen soluciones válidas: detras están siempre las grandes multinacionales de los fármacos.

P: El mismo lobby que, como ha escrito en su Facebook han forzado a Robert De Niro a retirar del Tribeca la documentación (Vaxxed: From Cover-Up to Catastrophe ), que habla del enlace entre vacunas y autismo?

R:De Niro no pudo ni mandar en su propia casa, agarrado por sus bo... por los lobbys del cine. La lógica de la vacuna maleada es la misma que la de la quimio. Las substancias químicas inoculadas tienen solo la finalidad de paralizar nuestro espíritu. Y el tumor es endémico porque disfruta del trabajo de las vacunas.

P: ¿Observa una solución a este tema?

R: Sirve una nueva medicina Científica – Espiritual capaz hasta de integrarse en las terapias el conocimiento del karma. La gente debe saber que vivimos una vida a la vez, pero que son muchos regresos a la Vida que se repiten. El concepto existía ya en los comienzos del Cristianismo pero fue dejado afuera de nuestra tradición en el Concilio de Nicea. Así es como nace el poder económico de la Iglesia. Tenemos necesidad de una Segunda Revelación del Cristianismo que todos los antroposofos atienden.

P: ¿Entonces Ud. cree en la reencarnación?

R: Si, y bastaría estudiar los nexos kármicos de Steiner para comprender que hay enlaces muy sutiles dentro de ese orden.Recordemos que del dolor siempre nace algo bueno porque es purificación.

P: ¿Conocía personalmente a Karina Huff?
R: Si. No la veía hacía tiempo pero era una persona dulce, gentil y disponible. Pero la atraparon como a tantos otros. Simplementa bastaría dar un vistazo a los documentos dejados por Farrah Fawcet para contar su lucha contra el cáncer para comprender que sanarse con la quimio es un error. Pensemos en Steve Jobs. Era super millonaria y murió de la misma enfermedad. Hagamonos de todas las demandas. Probablemente si me habría pasado la vida haciendo espectáculos en vez de estudiar antroposofia a esta hora estaría tan muerta como ellos.

P: A propósito : ¿Conoce a otros que prefieran la espiritualidad a la medicina tradicional?

R: Marco Columbro practica meditación y se ha recuperado de un coma. Tal vez incluso Lorella Cuccarini, pero no la conozco demasiado. Por lo general prefiero ocuparme de personas que me confían sus angustias. Pruebo siempre dar una mano y no me causa miedo contar mi experiencia , aunque sé que hay muchos que querrían taparme la boca.-

Foto: alchetron.com






Comentarios

Anónimo ha dicho que…


Hola, Beatriz. Hola a todos.

¡Vaya! "Con la iglesia hemos topao".
Hablamos de terapias alternativas, o complementarias, o suplementarias, o sustitutivas, para curar enfermedades.
¡Hum! De esto, como sé de qué hablo cuando hablo de ello, me atendré a una previsora cautela.
Mucho se ha hablado, se habla y se hablará, acerca de la curación de los males y la mitigación del dolor. Cuando existe, o aparece, una enfermedad letal, de la cual no hay cura en el 100% de los casos siguiendo la vía "oficial", es decir, siguiendo los tratamientos médicos y farmacéuticos alopáticos, siempre saldrán a la palestra las curaciones milagrosas a base de... ¡no hacer nada!, dejar a la naturaleza que actúe —que para eso es más sabia que nosotros, se dice, y con razón! Como si la naturaleza no quisiera que todo bicho viviente enfermara, como si el hecho de enfermarse fuese por nuestra culpa y "mala cabeza", por seguir un régimen de vida equivocado (que también). El problema es muuuuucho más complejo que todo eso.

Yo, por principio, creo en el poder curativo de la vida, de toda vida, pues es objetivo de la vida mantenerse viva (y, a ser posible, sana). Pero es que la enfermedad no es un estado ajeno a la vida, forma parte de la vida. Y cuando se trata de una dolencia orgánica (no de origen traumático), de las que denominamos "funcionales", los órganos que enferman lo pueden hacer por varias causas: por origen genético/hereditario, por régimen de vida inadecuado —alimentación, ejercicio físico, régimen de sueño, estrés—, por deficiencias metabólicas en los sistemas reguladores —endocrino, linfático, etc.—, o por causas externas, entre ellas las debidas a infección por agentes patógenos o intoxicación por agentes químicos. La vida siempre intenta perdurar en su registro, en su forma y manifestación, atendiendo a las condiciones en las que se encuentre y dependiendo de las influencias que reciba.

Todas estas causas forman parte de la vida, son vida, aunque vida que vive a costa del desequilibrio orgánico del cuerpo. El quid de la cuestión está en cómo se produce ese desequilibrio, y en que lo que define la enfermedad es eso precisamente: el desequilibrio; es decir, el organismo deja de funcionar como debiera, se desequilibra en sus funciones, y enferma.

¿Cómo recuperar ese equilibrio perdido? esa es la pregunta del millón. Habrá que acudir a las causas. Si el desequilibrio es funcional, y se debe a un inadecuado régimen de vida, parece lógico que si se modifican los factores que inciden en esa "inadecuación", la restauración del equilibrio se realizará de forma automática: caso de la alimentación, reformando la misma; si por malos hábitos de descanso, adoptando los correctos; si por estrés, suprimiendo las causas que lo provoquen, etc. Pero no siempre es así, y nunca tan fácil como eso.

Ya dijo Hipócrates que tu alimento sea tu medicina y tu medicina el alimento. Con ello dio a entender que muchas de las dolencias funcionales entran por la boca, y que a través de la boca pueden ser combatidas. De aquí que, ya desde los pitagóricos, se tienda a ver las dietas no cárnicas, o excesivamente proteicas, como insanas. Se asocia al consumo de los cadáveres la generación de toxinas en el organismo (y, en gran parte, es cierto), pero se olvida frecuentemente que el señor Pitágoras y sus seguidores no eran vegetarianos por no consumir exceso de proteínas, o para filosofar mejor, o no cargar de toxinas su organismo, sino por su concepción de la vida que pasaba por la transmigración de las almas, al considerar a éstas inmortales y eternas con la capacidad de "reencarnarse" en diversas manifestaciones vitales a lo largo de su existencia. Era, el suyo, un motivo filosófico, metafísico si se quiere, y no salutífero.

(continúa...)
Anónimo ha dicho que…

Como segundo principio, yo enarbolo el respeto absoluto a la vía que cada cual elija para transitar de buena manera por este mundo (abomino, eso sí, de aquellos que sostienen que este mundo no es el verdadero, y que cuanto antes salgamos de él mejor, para reencontrarnos, en otra indeterminada vida, con la beatífica presencia de un Dios que es, cuanto menos, cuestionable). Por ello respeto las determinaciones de cada cual... siempre y cuando no determinen la mía. Y aquí entramos en el caso que nos propones, Beatriz:

Cada cual puede y debe elegir el modo como quiere morir y/o vivir. En el caso de una enfermedad letal como el cáncer (en un porcentaje variable de casos, según su ubicación), es lógico y plausible que uno mire por su futuro y elija, en lo posible, el método de tratamiento. Pero lo que resulta evidente es que, con las estadísticas en la mano, los métodos más efectivos son los "oficiales". Pero claro, al haber un porcentaje significativo de muertes, y otro gran porcentaje de dolor y molestos efectos secundarios en las aplicaciones de las terapias paliativas, se opta por quedarse con los casos que "no", en vez de con los casos que "sí", cura.

No es fácil tomar una decisión, pues hablamos de vida o muerte. Mi opción siempre sería respetar la creencia de cada cual, y una vez hecho esto poner todos los medios a su alcance, sea terapéutica alopática, homeopatía, naturista o trascendental.
No son buenos los extremos ni los radicalismos, en cuestiones de salud, menos. No vivimos en el Paraíso, sino en sociedades más o menos opulentas, con sistemas de vida complejos, donde las necesidades ya no se atiene a lo biológico sino que trascienden ese ámbito para extenderse por lo social, y si lo social demanda consumo, estrés, fast food, música chicas y rock'n roll, pues eso, uno elige.

Mezclar en el mismo saco a Hahnemann, la Teosofía y Skinner, puede ser una buena coartada para apuntalar una creencia, pero no necesariamente la verdad absoluta. Si a alguien le sirve, perfecto, pero no intentes elevar tu servicio a norma general. Creo en que hay que casos de cáncer se mejoran, o "prodigiosamente" se curan, mediante terapias complementarias o sustitutivas; el poder curativo de la propia naturaleza humana cuando se trata de perdurar, puede ser fenomenal, pero siempre será individualizado, singular, y no extensivo: a unos les puede funcionar pero a otros no. Y por un albur, o generalización de una singularidad, no se puede generalizar.

Creo en que unos hábitos de vida correctos pueden evitar muchas de las patologías funcionales actuales, pero, por sí mismos, no pueden erigirse en únicas terapias efectivas.Siempre, para la recuperación del equilibrio perdido, se tendrá que echar mano de lo natural, sí (y cuanto más natural, mejor), pero también de los psíquico, de lo conductual, de todo el complejo abanico de circunstancias que determinan nuestra vida. Y entre las terapias posibles, las alopáticas, hijas de la Ciencia (aunque a veces hijas díscolas), hoy por hoy, deben de ser tomadas en cuenta.
De la industria farmacéutica y su inmenso poder de influencia hablaremos en otra ocasión.

El tema es muy amplio para abarcarlo en un comentario. Pero una aproximación, necesariamente genérica, sería ésta.
Gracias como siempre, Beatriz por proponer,
Un abrazo a todos.

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