EL ALJIBE







En la antigua China, en cada aldea la comunidad de vecinos compartía lo que nosotros conocemos por aljibe o pozo de agua. De ahí que el pozo de agua era el punto de encuentro de las personas, en especial de los mas jóvenes, y por allí fluía además del líquido elemento, los anhelos, los deseos mas íntimos y profundos de aquella juventud , que por esos misterios nunca develados, van conformando esas fuentes de los deseos en vías de cumplirse, donde en nuestra Europa , a las mas renombradas se arrojan desde las monedas más humildes a las mas codiciadas. Hace apenas un siglo, la gente convocaba a los rabdomantes para que vinieran a la casa a descubrir un nuevo pozo de agua. Venían provistos de una vara de almendro que semejaba la letra Y , la cual iba posando con cuidado sobre el terreno, y observando sus vibraciones.
Allí donde la vara manifestaba mayor emoción , el rabdomante indicada al dueño de casa dónde excavar el nuevo pozo. Era un real acontecimiento, donde con toda premura los hombres de la casa, los parientes y vecinos, se involucraban en ir dando paladas y profundizando el pozo, hasta llegar a las mismas napas de agua.
Lo que os voy a narrar es la historia de una joven africana, que vió cómo se podía detectar mediante la vara de almendro el lugar exacto para el pozo de agua y desde entonces su único anhelo fue ahorrar monedas, billetes, hasta lograr comprar algo mas que su pasaje de regreso a la aldea.
Con su vara de almendro prolijamente guardada en el fondo de un pequeño baúl, Fayole logró un pasaje en una vieja embarcación conque su dueño se atrevía a navegar guiándose por las cercanías de las costas africanas, hasta llegar a Namibia. Fayole se quedó en Port Gentile, donde a unos pocos kilómetros era posible que estuvieran todavía honrando al sol africano algunos de sus parientes.
Los buscó en sus viejas direcciones, pero no logró ubicar más que a una prima lejana, para descubrir que ya no se entendían hablando, porque ella había olvidado la lengua familiar y la prima apenas recordaba unas pocas palabra del francés que aprendieron de pequeñas. Fayole hizo la cuenta y para aquella gente, ella con casi 40 años de edad, aunque no era aún anciana, estaba amortizada y su presencia carecía de interés.
Nadie le abrió los brazos para recibirla. Pasada la novedad de su llegada, la gente del lugar atendía tan solo sus propias necesidades. De su viejo baúl no había sacado mas que prendas de usanza en Europa, y unos pocos trastos absolutamente inútiles. Ni siquiera los niños les veían aptos para introducirlos en sus pocos juegos.
Fayole no se distrajo de sus intenciones y comenzó a poner en funciones su vara de rabdomante en sitios despoblados, donde nadie podía observarla .Pasó dias, semanas buscando sin que la vara de almendro se emocionara. Hasta que comenzó a probar en zonas donde algunos árboles crecían malamente como las personas, con sus piernas flexibles que el viento hacía víctima de sus propias rabietas. Allí estaban: como escolares indecisos en la puerta de la escuela. Y cuando fue pasando su vara de almendro, hubo tanta emoción, que ella misma lloró por primera vez de alegría.
Al siguiente dia fue en busca del jefe de la aldea y le preguntó por la tierra donde crecían los árboles. Para aumento de su gozo, pudo comprar una parcela a muy bajo precio, porque nadie hallaba en aquellos terrenos atracción alguna. Y las siguientes semanas hizo venir a dos o tres hombres del lugar para excavar el pozo de agua. Nadie desde luego le concedía crédito a su emprendimiento, hasta que finalmente la napa dio pruebas de su presencia.
Qué os digo, que en menos de una semana ya se había formado una nueva aldea, y fue tanto el trajín y el entusiasmo de aquella gente, que Fayole pasó a ser no solo la dueña del pozo de agua, sino el gran Espíritu que protegía el lugar. -






Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
El agua es más valiosa qu el petroleo, porque es la fuente de la vida.

Magníficas ideas. Feliz Navidad

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