SALVAR LAS SEMILLAS



















A lo largo de sus campañas en India, Shiva y sus colectivos han salvado el cultivo de 3.000 variedades de arroz en peligro de extinción y 150 variedades de trigo. Según la ecologista, hasta 200.000 personas se han suicidado en dos décadas en India al no poder afrontar las deudas que habían contraído con los suministradores de simientes, abonos y pesticidas.”

Vandana Shiva revindicó en Mallorca la soberanía alimentaria de los agricultores y los consumidores contra “el proceso de privatización de las semillas”. Advirtió que la UE actúa de manera amenazante para la biodiversidad y la agricultura tradicional. Exigió especialmente la no manipulación transgénica y desarmar el monopolio y control sobre las semillas por parte de las empresas que trenzan las redes globales, que controlan la mitad de las patentes y variedades. La ecologista presentó un informe de un centenar de organizaciones internacionales en apoyo a sus tesis.”

Vandana Shiva lanza un banco global para liberar el control de las semillas”
ANDREU MANRESA . Palma de Mallorca , 9 / 10 / 2012
El País , versión digital


Apenas terminada la 2GM ,publicaciones emblemáticas como “Selecciones” de Readers Digest dedicaban sus páginas a la difusión de las bondades de cierta empresa dedicada a “mejorar los cultivos “ . Sesenta años después, esa misma empresa ha manipulado toda clase de semillas para hacer depender a los productores de casi todos los países de los modelos anuales actualizados.Todas estas empresas multinacionales dedicadas a la manipulación  genética de las plantas comestibles, se hicieron dueños de CASI TODAS LAS SEMILLAS manipulándolas a su antojo.

Los tomates no tienen gusto a tomate. Las harinas obtenidas de los actuales trigos necesitan ser tratadas químicamente, de lo contrario ninguna receta culinaria que necesite de este producto, asegura buenos resultados. Hay en el Planeta millones de personas celíacas, es decir, no pueden ingerir ninguna harina de trigo. El maíz - aquellos choclos que nuestras mamás nos hervían y nos hacian comer un rato antes del almuerzo - han variado en el sabor, al punto que pueden resultar marcadamente dulces o amargos.Otro tanto sucede con los tubérculos, mucho de los cuales que gozan de buen aspecto, una vez hervidos lucen una coloración violácea – que sinceramente nos resulta sospechosa - por lo cual los tiramos directamente al bote de basura. En la actualidad, los productores de tubérculos en zonas dedicadas a esta explotación han quedado reducidos a menos de la mitad, precisamente por la inestabilidad del producto.

Lo mismo sucede con las plantas florales. Algunos de nosotros tenemos LA SUERTE de haber conservado los jardines que nuestros padres cultivaron. Cada vez que incorporamos alguna nueva especie, nos llevamos la sorpresa que casi ninguna flor posee aroma.Por  suerte, los amantes de  las flores  suelen ser  personas generosas,  y continúan como sus  padres y  abuelos, intercambiando  semillas y  bulbos con sus  vecinos, e  incluso  agrupándose en  clubs de  Jardineros  con el mismo  fin. 

VANDANA SHIVA es Licenciada en Física. Posee una Maestría en Filosofía de la Ciencia, de la Universidad de Guelph (Ontario, Canadá ) . En 1979 recibió el Doctorado de Filosofía en la Universidad de Ontario Occidental.
En 1982 creó la Fundación para la Investigación Científica, Tecnológica y Ecológica, la cual cuenta entre sus iniciativas el impulso y difusión de la agricultura ecológica (programa Navdanya), el estudio y mantenimiento de la biodiversidad (Universidad de las semillas, Colegio Internacional para la Vida Sostenible), fomentar el compromiso de las mujeres con el movimiento ecologista (Mujeres Diversas por la Diversidad), o la regeneración del sentimiento democrático (Movimiento Democracia Viva).  En su libro reciente Manifiesto por una democracia de la tierra ha propuesto el concepto y la causa de la democracia de la tierra como alternativa al capitalismo. “ ( fuente WIKIPEDIA )

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola, Beatriz. Hola a todos.

Esta vez la llaga está en la misma Tierra, la diosa Gea, de la que nosotros mismos (la especie humana) somos parte integrante de su fauna. Algo tan poético como la "semilla", tan evocador, tan cargado de sentido... y de futuro, está en peligro (no su sentido poético, si no su futuro).
Es cierto, amiga Beatriz, que la investigación y el desarrollo genético en plantas (muchísimo más avanzado que en animales, gracias a Mendel), ha proporcionado la relativa seguridad de alimentos para la humanidad: plantas cada vez más sanas, más grandes, de crecimiento más rápido, más resistentes a las plagas (conocidas), han llenado los campos del 1º, del 2º y del 3º Mundo (en éste además con el dudoso privilegio de servir de banco de pruebas). Eso ha dado como resultado no solo duplicar, sino triplicar o cuadriplicar cosechas, con lo que todos nos las prometíamos (y entre esos todos estaría la FAO) muy felices para erradicar la lacra del hambre en un mundo cada vez más desigual; al menso nos quedaba ese consuelo.

Pero no, no todo era tan bello ni idílico. Estas semillas, como bien dices, son producto de la manipulación genética, no de la necesidad y equilibrio de la tierra; por tanto están sometidas a más cuidados y estrés aún que las variedades "indígenas" y naturales. Lo que ocurre es que para adecuar los cuidados pertinentes y prevenir el estrés está la segunda parte de la historia: los fertilizantes inorgánicos y los pesticidas químicos. Ya, con éste cóctel completo se puede tener la realtiva seguridad de la óptima cosecha (otra cosa será que la climatología acompañe, y los desastres naturales no interfieran).

Ahora bien, este cóctel no es una graciosa concesión del desarrollo y proceso de igualdad humanos, sino que es un negocio, y como tal es concebido y tratado: las semillas se han de comprar todos los años (ya que las plantas que se cosecharán no son fértiles); los fertilizantes también, ya que el subsuelo natural no asegura un tan acelerado crecimiento; y, claro, ante tanta feracidad los parásitos abundan, por lo que los pesticidas son imprescindibles. Todo esto tiene un costo fijo, año tras año; con el inconveniente de que los suelos autóctonos se empobrecen con los monocultivos y tantas sustancias químicas como absorben, por lo que a los "x" años, el terreno ya no vale y ha de buscarse otro. Al albur de la naturaleza se deja que se recupere el esquilmado (que tardará, si lo hace, décadas de barbecho forzoso, obviamente).
Anónimo ha dicho que…
(sigue del anterior)

¿Resultado? Se obtiene cosechas casi seguras, apabullantes, suficientes para alimentar a toda la humanidad; pero, surge otro pero: cada vez más gente sufre hambruna porque no hay una distribución de la riqueza; esas plantas genéticas que iban a ser la panacea no llegan al estómago de quienes padecen hambre, sino a las calderas de elaboración de biodiésel o directamente a los hornos donde serán quemadas para mantener los precios en el 1º mundo.

¿Donde se cultivan esas semillas "milagrosas"? De preferencia, en zonas seguras (es decir, en tierras del 3º mundo), y esto ¿qué significa? supresión y desaparición de las variedades autóctonas, que si menos eficientes más equilibradas, y sobre todo, integradas en el medio. La uniformización es algo que sabe hacer mejor que nadie el ser humano. La Naturaleza no sabe, no conoce más que la diversificación: es la garantía de viabilidad futura. Todo son procesos que constantemente buscan su equilibrio, con su ritmo (el de la Tierra, el del Cosmos), y romper ese ritmo puede ser fatal.

Como bien dices, Beatriz, el incremento galopante de los alergenos y alergias alimentarias (y de contacto, y aéreas, y...) habla bien a las claras acerca del tipo de alimentación que tenemos: cada vez menos sana, aunque más abundante. Llena de sustancias químicas que no son biológicamente aprovechables (ni aconsejables), aunque sean incluidas en orden a cuestiones secundarias: durabilidad, atractivo visual o de textura, de sabor, u otras aún más espurias.

Frutos que no saben, flores que no huelen, semillas regadas con sangre... ¡Buena cosecha, la del futuro! Por eso son tan de agradecer las organizaciones y las apuestas personales como ésta que hoy nos traes aquí, Beatriz.

Gracias, en nombre de la parte que a mí me toca de Gea, por ello.
Un abrazo à tous.

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